martes, 24 de junio de 2014

Mantequería Pensamiento

Crónica de Raquel Morrison y sus dos caballeros andantes, ya que Pepe Peinado no pudo ir:

 La Mantequería Pensamiento es un nuevo local en la calle Claudio Marcelo esquina García Lovera. Esta zona va a resultar revalorizada por la creciente peatonalización de las calles laterales de la llamada “Calle Nueva”, y que con el tiempo y viendo que la economía se basa en el turismo y el ocio, pues cada vez tiene más bares de tapas. En este sentido la Mantequeria ha aprovechado la peatonalización de García Lovera para montar unos veladores justo en la parte opuesta del Circulo de la Amistad.
 Esta taberna ha sido creada por el grupo de la Cazuela de la Esparteria y han conseguido un local bien decorado. Nos sentamos dentro y pedimos lo de siempre: un fino de Montilla-Moriles. Nos sorprendieron agradablemente con una oferta de varios caldos diferentes de la tierra.
Comenzamos con un Delgado Solera  muy agradable al paladar, luego un Torres Burgos que encontramos regular, bastante acetónico y finalmente un Casablanca de sabor extraño, con un fondo herboso neutro. Concluimos que la mejor elección posible era el Delgado.
El vino lo tienen en unas barricas de madera que nada aportan a la mejoría del mismo pero que pueden ser culpables de que los caldos se estropeen. Según nos comenta un especialista lo de poner el vino en madera dentro del bar es absurdo a menos que lo pongas en una caja de acero inoxidable refrigerada que no influiría en su discurrir vital.
Nos pusieron un buen montadito acompañando la primera bebida, pero en las siguientes consumiciones ya no hubo ningún acompañaminto extra. El establecimiento funciona de una manera peculiar en Córdoba, disponen de paquetes de embutidos y conservas y eliges uno, y ellos te lo preparan. En nuestro caso pedimos unas habitas baby que prepararon con un huevo estrellado, y que estaban muy buenas.
El precio resultó algo más elevado de lo habitual y eso que apenas pedimos raciones.
En resumen, un local nuevo cuyo discurrir tendremos que valorar con el tiempo.


viernes, 13 de junio de 2014

El Arriate y una degustación de tapas

El Arriate está en la calle Alfonso XIII, cerca del antiguo Rectorado. Es un bar pequeño, pero cálido en decoración y compañía. Lo llevan dos chicas jóvenes y que se han metido en el mundo de la restauración, otro ejemplo de cómo la crisis reconvierte al personal, y que con mucho trabajo y dedicación se puede tirar para adelante.
El local está muy cerca de los bares cercanos a las Tendillas, con sus veladores que ocupan la calle. Este no, apenas una mesa y unas sillas altas pegadas a la fachada. Se podría suponer que como sitio de paso, pues es incómodo, pero lo bueno son las tapas que sirven de acompañamiento, y quizás ahí es de dónde viene que tenga buena aceptación.
La decoración va con el tamaño y como muestra la botella que contiene tres plantas, entre ellas una enredadera. Son jardines mínimos y se hacen en Córdoba, muy curiosos.
Con las consumiciones, Mari iba poniendo tapas que las calentaba en el tostador y que por lo general gratinan ya que hacen uso de distintos tipos de quesos. Por ejemplo los champiñones con queso manchego, perejil y orégano.
La segunda degustación fue una agradable sorpresa, una oblea rellena de queso tipo Filadelfia, mostaza y miel. Un bocadito muy apetitoso.

Como consumición, aparte de cervezas para apagar el calor de este mitad de Junio, tomamos una copa del fino que tienen, de Velasco Chacón, una bodega de Lucena, y que está fresco y suave, agradable.
Unas sorpresa fue la cerveza Cordobeer, que se hace en El Viso, en el Valle de los Pedroches. Tomé un botellín de la Pilsner, una cerveza con cuerpo, ligeramente ácida y buenos aromas a fermentación aunque con no mucha espuma. El humus le venía al pelo.

Y para terminar unas tostas de queso tipo brie y unas uvas.
Quizás las tapas que tomamos tenían más queso de la cuenta, aunque en ningún caso eran fuertes: uno del grupo que siempre se niega a tomar queso, esta vez se tomó todas las tapas. O nos ha tenido engañados o le gustaron las tapas, como a los demás.
Es la segunda vez que visito El Arriate y me ha gustado. Una nueva forma de bar chico, pero que con imaginación le dan nueva vida al tapeo. En la primera ocasión fue coincidiendo con la declaración de Córdoba como Ciudad Gastronómica de Hispanoamérica, y aquí tomamos una arepas con rabo de toro, de rechupete.
En resumen, que bien vale una visita al Arriate.









jueves, 12 de junio de 2014

Vieja Berrire y el concierto de Extremoduro

Este es un nuevo bar situado en la concurrida calle peatonal de María Cristina. Una céntrica, bonita y corta calle que conecta Alfonso XIII con Claudio Marcelo, y donde ya hay 4 bares con sus correspondientes veladores (El Gallo, La Caña de España, por ejemplo). Y es que el sector servicios con el turismo a la cabeza, están moviendo la ecomomía de la ciudad.
El dueño de dicho bar es recién llegado a este sector de bares, tabernas y restaurantes, o restauración. Y le pone ganas, aunque es casi un bar destinado al copeo de la mañana o noche, y de gente de paso, pues su carta es corta porque el bar también lo es. Y así hay muchos en la ciudad.
Con la consumición nos puso unas rodajas de buen chorizo, y para rematar carne con tomate y cocido castellano. Sí, cocido aunque de lata, pero rico. También tiene en carta alguna otra ración de lata, pero como digo quizás el comer no sea lo más indicado en Berrire, ya que la oferta es enorme y en la misma calle.
Pero tienen dos finos, y de los mejores: Saavedra (amarillo verdoso, intenso en nariz con algo de reducción, suave en boca) y Doblas (más amarillo, más suave y ligero). Aunque el Doblas es de los finos que más ha cambiado, a veces más fuerte, otras más ligero. Creo que tienen excesiva producción.
Y ese día hablamos del Robe y de Extremoduro, que vinieron en la Feria de Mayo, y dos fueron con sus señoras al concierto. Otros lo oímos desde una azotea cercana al concierto, con el fin de oir y ver al grupo, y también ver los fuegos de inauguración de la Feria. Buen concierto y buen sonido, con el grupo entregado durante dos horas y media, aunque no tocaron las más conocidas canciones de su repertorio. Y es que presentaban
disco nuevo. Aún pitan los roqueros (no viejos, porque son de casi nuestra edad).

miércoles, 4 de junio de 2014

Lagar de Casa Blanca, en Moriles

El lagar de Casa Blanca está en Moriles, está en las afueras del al pueblo y para llegar hay que tomar un camino de tierra que viene indicado junto a la carretera, ya que el lagar no se ve ya que está rodeado de olivos y viñas. Y el mismo lagar está en las propias viñas de la bodega. 
Empezó en 2003 a elaborar sus propios vinos para aprovechar la magnífica materia prima que tienen.
Tienen dos prensas medianas lo que indica que sólo elaboran parte de su propia vendimia.
Tal como nos comentó Jose, en nuestra visita a la bodega, aunque había botas tuvieron que comprar para llegar a tener algo más de 100. Y comparado con otras bodegas de la zona, es pequeña pero muy coqueta. La bodega la lleva Miguel Cruz, que tiene su propio Lagar, el del Blanco, una preciosa bodega de la sierra de Montilla y rodeado de unas preciosas vistas del viñedo. 
Aceptan con agrado las visitas y nos enseñaron el salón que tienen preparado para celebraciones.
En cuanto a los vinos, creo que es de los mejores finos de la zona y que parecen ser que intentan preservar la autenticidad de sus vinos. Hay que reconocer que probar los vinos directamente de la bota es la óptima forma de catar un vino. Y así pudimos comprobar las diferencias en las botas de una misma escala que hacen que o den aromas a ligera reducción o bien con un aroma más evolucionado, a oxidación.
Tras hablar de las mezclas que se deben hacer con los vinos de la sierra de Montilla y de Moriles para que tengan su mejor comportamiento en la crianza; pasamos a otros temas: cómo se confunde al personal con el aspecto de los vinos sin filtrar; y de los nuevos vinos con apenas crianza pero que tienen mucha aceptación entre la gente de la capital, nos comentaba cómo la gente mayor del pueblo se sorprenden de los vinos que se beben en Córdoba, y que los vinos más hechos tienen su mercado, como es el caso de este lagar.
Os recomendamos este lagar por sus vinos y por su visita. 































domingo, 1 de junio de 2014

Ajos de la Abuela Carmen en Montalbán

El viernes nos fuimos tres de los fundadores del club aderramar a por ajos y oloroso a Montalbán, un pueblo de la campiña cordobesa famoso por la especial calidad de sus ajos. Ya nada más bajar del coche el olor a ajo impregna el ambiente del polígono. No es un olor fuerte, más bien suave, y que indica que en este pueblo se trabaja muy bien este producto.

Los ajos son morados, pequeños, cabezas prietas, y de intenso sabor y olor, así son los ajos autóctonos y que tanta competencia tienen con otros ajos foráneos, menos  aromáticos pero más grandes.
 Nos fuimos a las instalaciones de la firma La Abuela Carmen que aparte de cabezas de ajos tiene en su catálogo, conservas de ajos, ajos triturados, ajos pelados, etc.

También tienen ajos ecológicos con los que elaboran el ajo negro. Un producto novedoso aunque procede de Japón y que se elabora calentando la cabeza de ajos a una baja temperatura durante unas semanas: el producto es un ajo de color negro uniforme, cual trozo de carbón, pero tierno y con un agradable sabor dulzón. Parece ser que es aún más beneficioso que los ajos frescos, ya que se incrementa su contenido polifenólico y es por tanto, más antioxidante. Pero sobre todo no se repite y no da en la boca es olor fuerte azufrado por el que en otros tiempos a los españoles nos conocían en el extranjero. Recuerdo cuando vivíamos en Alemania, que los emigrantes españoles cenaban ajo el viernes por la noche para que el lunes no quedara rastro.
En la ensalada del mediodía los ajos negros se han combinado muy bien con la lechuga, el tomate de Córdoba, rúcula de mi parcela y espárragos.

Las instalaciones de la empresa son como si se estuviera en un supermercado. Ana, quien nos atendió esa mañana, nos acompañó y mostró la batería de productos que comercializan. Por supuesto salimos de allí con unos buenos kilos de ajos para casa: cabezas de ajos medianos, prietos y que ya huelen. Un huevo frito en aceite de oliva es lo que están pidiendo a gritos.