viernes, 15 de mayo de 2015

Fenavin 2015: qué grande, cuánta gente y qué bien está

Pues sí, nos fuimos un grupo de la Asociación de Sumilleres de Córdoba de excursión a Fenavin, en Ciudad Real. Esta feria la he visitado varias veces y ya precisa unas insatalaciones más definitivas, tal como he oido en varios foros especializados. Pero bueno, es de las más importantes ferias de negocios de vinos de España y con mucho que catar.
Estoy de acuerdo con Javier Sánchez-Migallón que esta Feria precisa menos público en la parte de sala de catas, para que los profesionales (llámese distribuidores y cada vez más, extranjeros que compran) puedan hacer su trabajo.
Pero es que es tan adictivo tener tantos vinos para catar. Y eso sí, muchos normales y otros sobresalientes. En las escasas dos horas que estuvimos, los de la Asociación íbamos comentándonos cuál o cuáles vinos nos parecían más llamativos o diferentes.

En una reciente entrada del mundovino también hacen mención a que esta feria precisa de mejores medios, tener una sede definitiva y no como tipo carpa, ya que se han quedado fuera casi 400 bodegas, y los visitantes superan cada año las previsiones.











Volviendo a Fenavin, había aspectos originales. Por ejemplo, vi la primera botella de vino blanco con tapón de rosca. Un buen albariño, el Martin Codax, una marca que es por sí una referencia en los vinos gallegos.

Había apenas representación de vinos generosos. Eso sí, el que encontré y caté es un grande de Montilla-Moriles: el amontillado de Pérez Barquero. Un gran vino entre muchos blancos aromáticos y fragantes, soportando la juventud de muchos nuevos, ya que la inmensa mayoría eran blancos de 2014..













De los blancos me sorprendieron algunos, y con variedades nacionales interesantes. Como un albarín blanco de León, o i Tant, un garnatxa blanca de Terra Alta. Y algunos más, vinos muy frescos en bariz, con más o menos intensidad floral o frutal pero en boca ácidos y redondos. Como un Albillo criollo de la bodega palmeña Vega Norte: esta bodega canaria me ha sorprendido por otros vinos, y en general los vinos canarios han sido una verdadera sorpresa para mi.













De los rosados, me gustó mucho otro vino de Vega Norte: muchísima fruta en nariz y boca y una seda en boca. Una vez llegado de Fenavin me he puesto a mirar esta bodega (que ya conocía desde 2009) y ha recibido numerosos premios en este año por sus vinos, por lo que me confirma mis impresiones de los vinos canarios.
















En cuanto a los tintos, el Dominio del Bendito El Primer Paso 2013, DO Toro me pareció muy interesante.
Como se puede suponer éstas son opiniones muy subjetivas de algunos vinos, ya que era imposible catar todo. Pero éstos han sido vinos que me han hecho pararme y degustarlos.










Fuera de la sala de catas, y como quería probar garnachas me acerqué al stand o puesto (que significa lo mismo) de Bernabeleva. Allí estaba el propietario de la bodega que me explicó cómo fue el transcurrir de esta bodega situada en San Martín de Valdeiglesias (Madrid) cerca ya de Gredos. Probé el garnacha Niña Bonita 2013, un tinto que parece un rosado o un tinto borgoña: muy aromático, y elegante y complejo en boca. Vinos diferentes en los que la crianza no se come al vino como había visto en la sala cde catas con algunos vinos.



En el puesto o stand del Cava nos atendió la exquisita profesional que es Rosó, siempre atenta y con una sonrisa manejando cualquier situación. Aunque probamos varios cavas, el que nos ofreció de Pinot Noir, Castell D´Age, es un vino de disfrute para el verano: qué fragancia y suavidad.
Un cava innovador y diferente, una golosina.










Había que parar a comer, y los de la Asociación nos fuimos a un almuerzo a la sombra y comiendo todos juntos unas tortilla,empanadas, embutidos y queso -todo organizado por Antonio Flores-, que es un verdadero hacha en estos haceres ya que él se siente orgulloso de cómo es capaz de dar comida en los campamentos de scouts.
Y así parecía, que íbamos de excursión.


Por la tarde fui a una cata de vinos tintos de la bodega Hammeken. Pues son daneses, sí señores, que se instalaron en la costa valenciana en el 2000 y decidieron hacer vino en bodegas de la zona que tuvieran excedentes de producción, buen viñedo y con estas premisas hacer ellos en la propia bodega su vino.
Ahora elaboran vino en 19 zonas de España: Rioja, Ribera del Duero, Jumilla, Valencia, Alicante, Manchuela, ... hasta 19. Un tempranillo suyo ganó el concurso Tempranillos del Mundo y ahora exportan el triple que las DO Manchuela, Ribera del Júcar juntas. Una pasada de cómo hacer negocios.

Y para terminar, este vino tinto canario de Listán Prieto de Vega Norte, otra vez. Mirando en la web acaba de ganar el gran premio en el concurso de vinos de montaña (buen ojo tengo). La bodega está a 1.200 metros de altitud. Este vino es difícil de conseguir en la península, como pasa con otros vinos de allí.



En resumen, Fenavin es una excelente ventana al mundo del vino, las bodegas y su gente. Entre ellos a los excelentes profesionales que trabajan en bodegas desconocidas o pequeñas, pero que se manejan con el mismo entusiasmo. Va por ellos. Aquí me retrato junto a ellos dos y que resumen la visita a Fenavin 2015.























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