martes, 7 de julio de 2015

Asamblea de la Asociación de Sumilleres de Córdoba y en recuerdo a Andrés Muñoz

Andrés Muñoz era profesor de Genética en la Universidad de Córdoba y marido de Angeles Alonso, también profesora en dicho departamento. Los conocía por cuestión de trabajo desde hacía tiempo, pero a causa de algún tema común con el vino nos fuimos conociendo mejor. En las reuniones de aderramar siempre venían dos: Andrés y Antonio, y a veces cuatro, con sus mujeres. Hasta una vez nos decidimos a organizar una cata juntos, y a la que asistieron más de cuarenta personas en la taberna de las Caballerizas.
Pero nos fuimos metiendo poco a poco en la Asociación ya que todo era más fácil. Con la labor de Ángel, siempre buscando abrir la Asociación a más gente: había quién organizaba las cosas y el lugar era la Escuela de Hostelería en Las Lonjas. Hasta que hubo que organizarse y apareció Jose Carlos y su tienda Barbarroja. Allí nos ibamos a hablar de vinos, unos cuantos, diez o doce. Pero con la inefable labor de Antonio aquello iba a más.
Hasta que se nos fue Andrés y el mejor recuerdo fue llamar a la tertulia Andrés Muñoz, y como si hubiera florecido, estamos ya muchos asociados y cada uno de su padre y su madre, con interés en el tema del vino, y con ganas de aprender, pero afortunafamente todo con buen ánimo y predisposición, en dos palabras: buen rollo.
Este lunes fue la Asamblea anual y se repasaron las actividades realizadas y las que se planea para después del verano. Como viene siendo habitual, em el Taller de Tu Cocina, donde Miriam nos hace un hueco los lunes. La asistencia fue numerosa y con la presencia de Angeles, que nos honró con unas palabras acerca de la figura de Andrés, y que también trajo tres botellas de Termanthia 2009…., palabras mayores.

Se cató el blanco de Habla, un cava vintage de 2008 de Jané Ventura (rico, rico) y una manzanilla pasada saca de 2014 de Barbadillo, traída por Rafael Sánchez. Muy rica. La verdad es que Jerez está cogiendo carrerilla en los vinos finos diferentes, y este lo era: aromático en boca, sin filtrar, sin artificios, quizás algo corto en boca. Pero para tomar sin prisa y sin pausa.

Con los mejores deseos de que disfrutemos en lo que hagamos, nos fuimos yendo con una agradable sensación: somos variados, pero estamos bien juntos.





No existe la inmortalidad, está en el recuerdo de los que se quedan. Quien es recordado, siempre está presente. 










No hay comentarios:

Publicar un comentario