viernes, 27 de noviembre de 2015

Cata de vinos con la DO Somontano, Asociación de Sumilleres y Departamento de Hostelería del IES Gran Capitán de Córdoba

por generosidad de F. Castilla
   El martes 24 de Noviembre hubo una cata de formación a cargo de Manuel Blasco, que representaba a una selección de vinos de la DO Somontano (Huesca)

  Esta DO es aún poco conocida y de ellas tan sólo se conocen las principales bodegas, ya que éstas suponen casi el 90% de la producción. Pues bien, nos iban a dar a probar también vinos pocos conocidos de bodegas con limitada producción, así como de las más reconocidas comercial y cualitativamente hablando. O sea, hablando en plata: ocho vinos (faltan dos tapones).

   











   
   Las características geográficas e históricas de Somontano (junto a los montes) son comunes a otras zonas cercanas a los Pirineos, como La Rioja, que experimentaron un rápido crecimiento cuando la filoxera atacó las vides francesas. A diferencia de La Rioja, esta zona cayó en el olvido, que se recuperó en los años setenta cuando la cooperativa se puso manos a la obra. 















Comenzamos con una golosina, el Alquézar de Bodegas Pirineos (ahora pertenece a Barbadillo). Un rosado con aguja: un vino muy frutal, agradable y refrescante en boca. Hecho con tempranillo y cabernet sauvignon. Con tapón de rosca, de clara vocación juvenil o de entrante para una comida con amigos; y para servir muy frío.

   Manuel nos mostró fotos de la villa medieval de Alquézar, y habrá que ir a verla.











   Seguimos por dos blancos: Mascun y Glarima.

    El Mascun de Bodegas Osca hace referencia a una zona de barranquismo muy apreciada por los practicantes a esta actividad. 
   Este vino, con aromas a fruta blanca y flores, dulzón,a lgo amielado, tenía también una muy fresca acidez, resultando sabroso y brillante en boca. Gustó este vino.

    El Glarima blanco, de Bodegas Sommos, es una mezcla de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Gewürztraminer. Una mezcla de los que se diría: a ver quien gana. Y en mi opinión, ninguna, quizás algo más a la gewurtzaminer. Con crianza en barrica de tres meses, pero no me convenció: me esperaba más de él, ya que lo había visto ya en bares de Córdoba.



Las tapas acompañantes, como decía Raúl, no eran para maridar o combinar mejor con los vinos, sin embargo estaban bien elaboradas. El personal de sala, exquisito en el trato y en el servicio, hacieron que la comida acompañante fuera una delicia.





Y nos metimos en la cata de los tintos.

   El primero fue un vino joven de la variedad Parraleta, y así era su nombre. Se trata de una variedad autóctona de Somontano que la Bodega Ballábriga ha recuperado. Parece que una sus complicaciones es la dureza de la madera por lo que la poda es penosa.
   Pero el vino es muy suave, aromas a violetas, fruta roja. Me recordaba a la Monastrell: suavidad en nariz y en boca, con algo de tanino. Quien quiera comprobarlo, el precio de la botella es alto: las exclusividades hay que pagarlas.








   Esta preciosa botella grabada es de 12 Lunas, de la bodega El Grillo y la Luna. Es una mezcla de Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Garnacha y Syrah, siendo la primera más del 50%. Se nota los aromas propios de esa variedad.
   Es un vino con 9 meses en barrica y que estaba bastante bien. Y al parecer es económico, menos de 10 euros.
   Aromas frescos e intensos, a frutas, ciruelas, moras. Y en la boca es suave, sedoso, con los taninos muy bien integrados. 
   En la web se cita que ha sido elaborado bajo los consejos de Michael Rolland, uno de los enólogos más reputados.
El tinto Obergo 2011 Merlot 100% a muchos nos pareció el mejor vino de la noche.
Es un crianza con 18 meses de barrica, pero la fruta salía por todos lados.
Un color potente. Aromas a fruta y vegetal muy bien integrados. En boca una acidez de primera, sabroso, y con los taninos y especies al final, todo muy bien integrado. 
Y el vino perduraba bien en boca y en la copa.
Este vino se acerca ya mucho a los 20 euros.



El Cabernet-Cabernet 2010 de Enate fue el último vino catado. Esta es la bodega más conocida de Somontano por la calidad de sus vinos, y por la originalidad de su presentación.
Recuerdo que hace unos años, ya se decía que los vinos de Enate estaban mejor que otros muchos de zonas más conocidas y a mejor precio.
Este Cabernet Sauvignon 100% (el nombre repetido hace referencia a que en Aragón cuando se repite una palabra es que se trata de resaltar su calidad y autenticidad) era un vino bien hecho: fruta roja, vegetal (sin trazas de pimiento verde). Rico. En boca ya quedaba más neutro que el vino anterior, menos potente. Pero un señor vino.

Y el último fue el Secastilla, 100% garnacha, de Viñas del Vero. Un tinto que se elabora en una bodega aparte y de fincas muy seleccionadas. Según Isabel, una buena catadora, el vino mostraba aromas tabaco, vainilla y notas licorosas de la fruta muy madura.






Para terminar muestro algunas fotos que demuestran la calidad y altura de la cata que tuvimos de la mano de Manuel, trayendo y presentando vinos de DO Somontano.

Tras unas palabras últimas a cargo del Presi, Ángel, nos fuimos rápido ya que se hizo tarde y la noche era bien fría.
























































viernes, 20 de noviembre de 2015

Bar La Bicicleta

   Mira que he pasado veces por la calle Cardenal Gonzalez, en pleno Barrio de la Catedral, y junto a la Ribera, pero nunca había entrado en este bar.
   Esta es un calle muy transitada, sobre todo por turistas, y como las aceras son estrechas parece que aún hay más tránsito humano. Y al final de la calle, cuando se junta con la calle La Feria se encuentra el Bar de la Bicicleta.

   Tiene un mini espacio para estar de pie fuera, pero a mi me parece incómodo... y mejor dentro, que el ambiente del bar es muy agradable.
   El mobiliario cuenta con mucho mueble reciclado porque el sentido del bar es alternativo, y también la comida. 

   Sin embargo, no tienen fino. Sí, lo que se ve en la foto era un bag-in-box de vermut rojo de Alvear. Pero ni rastro de vino blanco, variedad Pedro Ximenez,  sometido a crianza bajo velo de flor.
   En su momento, cuando empezó, daban descuento por ir en bicicleta hasta allí, y tomarse algo. Pero eso ya pasó, y aunque salí en bici de Rabanales y llevaba bajo el brazo mi casco, no hubo lugar para la rebaja.
Los precios de los platos son contenidos y abundan las cremas y platos vegetarianos o con mucho vegetal.


   Pedimos un humus, sabroso, con sus hermosas tiras de zanahoria para servir de tenedor. Si no me equivoco le faltaba más condimento al plato, como más fuerza ¿vinagre, quizás?. Es un plato cada día más presente en la cocina cordobesa, al menos en algunos bares, aunque el que tomamos en Orgánico me gustó más. 
   Y para continuar un salmorejo de aguacate que no estaba conseguido: debe ser difícil preparar algo con aguacate sin añadir mucho condimento. Y ese era el caso, faltaba más vinagre y sal.


   Pero hay que reconocer que se come bien y los platos son generosos. Y el pan, de buena masa, cortado en trozos generosos y tostados, estaba muy bueno. No extraña que las tostas sean demandadas.

Una nota: en las jornadas sobre el Salmorejo y el Vinagre que se han celebrado esta semana en Córdoba se concluía que este aditivo se emplea en las 2/3 partes de las casas y apenas un 1/3 en los bares.


Para beber, aparte de alguna fresca cerveza, tomamos vino tinto con ligeras crianzas: Palacio Quemado (extremeño, tempranillo, syrah y garnacha), Koden (riojano, tempranillo) y Ánima de Raimat (catalán, cabernet sauvignon, tempranillo y syrah)
De los tres, el PQ olía a papel mojado, a humedad, no estaba deltod bien. El catalán, correcto y el más suave y frutal el riojano. Es lo que tienen los vinos riojanos, que tienen siempre (o muchos de ellos) un aroma a fresa y golosinas apetecible y sabroso.

   La cuenta, pues alta a casi 30 euros teniendo en cuenta que los platos eran a 4,90; porque como se ve en la nota la copa de tinto allí es cara, a casi 3 euros, aunque bien servida la copa,eso sí.

   Lo dicho, el fino también está bueno y encima es más barato. Será que allí no lo piden los parroquianos.


















   






domingo, 15 de noviembre de 2015

Taberna La Cuarta. Enfrente del Ayuntamiento

   Esta taberna, La Cuarta, lleva abierta un año en la muy céntrica calle de Capitulares. 
   Tiene una agradable decoración, cómoda, despejada y con una generosa barra. Como los antiguos mesones. Y es que al estar tan cerca del Ayuntamiento, se supone que su público serán mayoritariamente los trabajadores del mismo o lugares próximos. Si se mira en la guía de tripadvisor, la mayoría de los comentarios se deben a gente que ha pasado y comido en ella, ya que queda también próxima a la plaza de la Corredera.

   En nuestro caso, como siempre, un ligero tapeo, lo justo para acompañar los vinos: que hay que comer en casa.
    Tras la cerveza de rigor, para refrescar, y que en mi caso es una sin, ya que nos es menester de ingerir más alcohol de la cuenta, y así echo menos carga, que luego sigo en bicicleta.

   Disponen de tanques para refrigerar la cerveza convenientemente, pero como somos fieles a los finos y a menos que nos convenzan seguiremos probando los que se sirvan en las tabernas cordobesas.
   Y tienen cuatro finos, lo cual nos es lo normal: 
- Doblas, Los Naranjos, Gallo y Saavedra

O sea, para todos los gustos, y en el nuestro habiendo Saavedra ya lo hemos decidido todo.
    Para muchos el fino de Bodegas Maíllo (Saavedra) es uno de los mejores representantes de los vinos de Montilla-Moriles. Y hay un ramillete de buenos vinos.
    Lo que diferencia al Saavedra de otros es su contundencia: es un vino amargo, pero  suave en boca y con mucho cuerpo, que le hace pasar en boca por distintas sensaciones. 
   Es un fino muy completo por eso, como dicen los entendidos de las bodegas, un vino gordo, nada de chiquito. Se sirve sin filtrar.
   El fino Los Naranjos, es también con mucho cuerpo, pero ya le falta mucho del amargor, es más suave, que el primero, pero eso mismo le hace ser mucho más ligero.

   Con la consumición nos pusieron unos molletes de pringá, y también un cuenco pequeño de salpicón de mariscos. Y hay que decir, que lo sirven religiosamente con cada consumición. El camarero, muy atento, nos iba recordando que nos debía una tapa, y la tapa llegaba. No como en otros sitios que la tapa es tipo de bienvenida.

  Porque la carta es variada y no está mal de precio, pero como somos de piñón fijo y vamos siempre con el tiempo justo, pues una de ensaladilla rusa, que como se ve en la foto, tratan de dar una presentación diferente. Y estaba buena y sabrosa.

   También tienen una buena selección de vinos tintos, por lo que habrá que ir otro día a ver cómo se come allí.

  Tras hablar de varios temas, como estábamos enfrente de la puerta del Ayuntamiento se podía seguir las salidas de los principales próceres de la ciudad. Es como estar fisgonenado a quien pasa por la calle y a quien sale del edificio.
   Vimos salir al anterior alcalde de la ciudad y propuesto para las listas al Congreso para las próximas elecciones.

    Y como quiera que a G. se conoce muchos de los ediles, ya que siempre ha estado en contacto con algunos y muy interesado en la vida pública de la ciudad, nos iba avisando de quién salía del Ayuntamiento. Tanto a mí como a Q., que estábamos de espaldas a la calle, y sólo conocemos a algunos, al segundo aviso de pasada de un concejal tuvimos que decirle que sólo giraríamos la cabeza si una bella señora o señorita pasaba por la calle, que si no desistiera de los avisos.

   Como se ve en la cuenta, el precio de los vinos es similar a la de la cerveza. Y es que los vinos lo valían, cuando el vino es bueno pues hay que pagarlo. Una cuenta bien compensada ya que las tapas iban gratis. 
   En resumen, una buena taberna en un buen sitio y con un personal muy amable, que hace sentirte bien en su local. 
  
   Falta en la foto M. que llegó tarde a la cita, casi al final, ya que sigue investigando los canales romanos que estaban situados en las laderas del arroyo Pedroches, y parece que continua sacando nuevos ramales. Iba acompañado de Roben, el gran mastín negro, que quizás aprenda a distinguir un canal con el tiempo.


 


 






Cata de formación de vinos blancos con barrica


   El pasado miércoles 11 del 11 (Noviembre), nos juntamos un grupo de la Asociación de Sumilleres de Córdoba en la sala de la Escuela de Hostelería. Íbamos a comparar y catar varios vinos blancos que o bien habían sido fermentados en barrica, o bien, además habían estado un tiempo de permanencia en barrica.
   Los vinos eran: Palacio de Bornos 2013 (verdejo, DO Rueda), Lusco 2014 (albariño, DO Rías Baixas), Abad Dom Bueno 2014 (godello, DO Bierzo), L´Equilibrista 2012 (Xarel·lo, DO Catalunya) y Cloe 2014 (chardonnay, DO Ronda).


   Quien dirigió la exposición fue José María Moreno, enólogo, y que trajo algunos vinos de Terruño; los otros de PlanT, o sea Toñi Romero.
   Tras comentar las características aportadas por la barrica al vino blanco, las bondades de una buena crianza y los peligros de pasarse con el efecto de la madera, pasamos a la cata de los mismos.
   A la vez que catábamos los alumnos de la Escuela, tanto nos servían las copas como que pasaban unas tapas o degustaciones que había diseñado Raúl Márquez. Hay que resaltar que estaban muy bien presentadas y que todos los alimentos se habían comprado en Carrefour. Desconocía cómo y cuántas cosas se puede encontrar ya en los supermercados, algunos bien, pero bien sabrosos.

   El verdejo de Bornos me pareció en su momento, hace unos cuatro años, un vino muy bien hecho. Y también el verdejo sin barrica se convirtió en un vino deseado y que hacía las delicias de quién lo probaba. Poco de eso queda: las altas producciones en Rueda han causado mucho daño y este vino estaba apantallado por la madera, apenas aromas varietales. 
   El albariño Lusco era bastante mejor, más aromas, mejor conjunto aunque puede ser que los albariños tomen el relevo de los de Rueda en cuanto a explotar las gallinas de los huevos de oro. Aquí la barrica estaba más contenida y el vino era más armónico.
   El vino godello Abad Dom Bueno tenía mucho verdor, por lo que esos aromas fragantes a flores de esta variedad poco se notaban. Y era notoria la diferencia entre nariz y boca. Con un amargor marcado.
   El xarel.lo L´Equilibrista nos pareció a muchos el mejor. Aromas florales y dulces en nariz que se repetían en boca. Equilibrado en acidez y amargor, la barrica Bosé lo comía y completaba el vino.
Carpaccio de pez espada
   Por último, el vino chardonnay Cloe, del que he tenido buenas referencias, pero quizás esta vez sobresalían en nariz una sensación de fondo de depósito,que no se notaban en boca. 

   En cualquier caso no se encontraban los aromas de la variedad en pocas de las botellas catadas, es como si la barrica sustituyera a los aromas propios. Posiblemente es lo que se busca en este tipo de elaboraciones, ya que se elabora un producto diferente al vino joven o con estancia en depósito con las lías. Tras un breve coloquio acerca de este punto, alguien sacó un tema a mi parecer problemático: "A la botella le falta tiempo para alcanzar su madurez". Yo si fuera elaborador, esa frase sería negativa, porque en otras catas esa frase es la mentira piadosa que se da para decir que el vino... bueno,... podría estar mejor. Mejor, si lo esperamos...

Ensalada con langostino y vinagre de tomate y frambuesa

   La conclusión fue que los vinos blancos en barrica son para todos los gustos. A algunos de los que estábamos les apetecía y agradaba el aroma a maderas que hay que reconocer que son positivas siempre. El caso en cuestión es que a algunos nos parece primordial que el aroma varietal prevalezca sobre otros. 

   En cuanto al menú preparado por los alumnos de la Escuela, y diseñados por Raúl Márquez, estuvo muy correcto. Todo comprado en Carrefour, nos resultó sorprendente, como mínimo. En particular, los torpedos de langostino, un canutillo tipo empanadilla con dos langostinos dentro. Y el pulpo estaba en su punto adecuado de cocción y lo habían calentado muy ligeramente, por lo que el conjunto era delicioso. El pez espada, en carpaccio, un bocadito, casi volátil.
Torpedos de langostino


   Y la elaboración de los mismos, un acierto. Como la hamburguesa de salmón, en su punto de jugosidad o cremosidad. 

   Habrá que preguntarle a Raúl por las elaboraciones, y tras buscarlos y probar a hacerlos en casa.

   En resumen, una nueva clase de formación y que resultó estar muy bien organizada.





Pulpo, hummus y ajo negro



















Hamburguesa cremosa de salmón