miércoles, 15 de junio de 2016

Cata de 6 vinos de la Bodega Félix Callejo


Noelia Callejo, enóloga de la bodega Félix Callejo hizo en el restaurante Arrow la presentación de los vinos que en Córdoba distribuye Narbona Solís.
La cita estaba al completo, y allí estrechos pero con un cálido ambiente (que el restaurante se empeñaba en enfriar con el aire acondicionado) nos juntamos un grupo numeroso de la Asociación de Sumilleres de Córdoba.
El restaurante en cuestión está en la calle Rafael de la Hoz, justo una paralela al Vial y detrás del Hotel AC.
Y hay que decir ante todo, que el personal de sala y de cocina trabajó a destajo para atendernos, sobre todo el de sala ya que el espacio era muy reducido.

Tras la presentación, Noleia mostró imágenes familiares del comienzo de la bodega y en la que actualmente trabajan 5 hermanos, dedicados a las distintas labores en las que se precisa personal: relaciones públicas, ventas, viñedo, vinificación, etc.
Entregó un bien cuidado folleto donde se mostraban los vinos que elaboran y los premios o reconocimientos que han recibido. De algunos, es apabullante el número de distinciones: Parker, Peñín, Tanzer, Decanter, etc. O sea, que había materia.

El primer vino fue un vino blanco, el Lebrero, variedad Albillo, del 2014. Aromas a flores, pera, y en boca ácido y amargo. Me pareció corto de aroma y excesivo su amargor, ya que se habían dejado las uvas con sus hollejos macerando durante ochos días, creo recordar. Después había pasado 11 meses en contacto con las lías. Todo ese potencial sólo empezó a notarse ya al final, en el que el vino se abrió.

Finca Valdelroble, un tinto con Tempranillo, Merlot y Syrah, ésta última sólo un 5%. Con 11 meses en barrica francesa.
El color era impresionante, casi opaco, mostrando unos tonos de juventud que invitaban a probarlo. De aromas, fruta roja, yogurt de fresa, algo de madera muy, muy sutil. Y en boca, cálido, pero también amargo como el blanco.
En este punto ya me pregunté el por qué de esa astringencia, que a muchos compañeros les parecía muy interesante. Según dos de ellos, el vino recordaba a los vinos de Burdeos de Saint Emillion. Como apenas los he probado, pues será así.

Flores de Callejo, un tinto con 6 meses de crianza y destinado a ser la punta de lanza en ventas de la bodega. Con fruta roja, fresca, aromas limpios pero justos. ¿A que no saben qué? También amargo, para mi gusto excesivo. De color: una maravilla.
Según Isabel Calvache hay días que no van bien para la cata, y que vienen determinados por fases lunares según reglas de la biodinámica. Y esa noche no era especialmente buena para la cata. ¿A que iba a ser eso?

Callejo, un  tinto Tinta del Pais o Tempranillo del 2013 con 12 meses de barrica. Con más notas de especias que los anteriores, una madera muy bien integrada. Y un poco menos amargo, y de persistencia media. 
De color, hace tiempo que no veía un vino de crianza tan bonito. Pero se quedaba en poco con lo que se veía en la copa.

Majuelos de Callejo, tinto del 2011. Con 5 años y un color con tonos bermellones y púrpura intensos. Con 18 meses de barrica y con aromas más intensos a fruta. Este vino era menos astringente, por tiempo y por crianza, pero el gusto de todos los vinos lo tenía también. Es como si fuera un marchamo de la bodega a todos sus vinos y que le haga reconocible. Apenas se notaba la madera, notas también balsámicas. Buena persistencia.

Gran Callejo, del 2009. Con 2 años de barrica y 3 en botella. Fruta muy madura, cacao el polvo. Diferente.
También con una pasada de color.
Pero a mi parecer unas notas astringentes y amargas que ya no deberían aparecer, pero...

Una cata que fue bien presentada, defendida con entusiasmo por Noelia, y en la que la bodega se volcó porque fueron muchos vinos y repartos generosos en las copas a los presentes.

El trabajo del equipo de Arrow con Arturo en la cocina es de elogiar. Sirvieron platos bien preparados, visualmente muy bien resueltos.
Ensalada de queso y mango,
Morcilla de Burgos gratinada con queso
Cecina con queso
Arroz caldoso de marisco.

Enhorabuena a su equipo.

Me quedó la reconcome de porqué notaba yo tanto el amargor. ¿Sería sólo apreciación mía o era cuestión subjetiva? 
Me metí en internet y encontré de las añadas catadas comentarios, de gente mucho más experta en estos quehaceres, que hacían mención a dicho aspecto y que tampoco veían como positivo.

En cualquier caso, una cata que brillaba por el trabajo que hacen en la bodega del manejo de la vegetación en suelo y del control de vigor de la viña. Cultivo en ecológico.
Y con unos colores de los vinos... impresionantes.















































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