miércoles, 28 de septiembre de 2011

La Cazuela de la Espartería


La Cazuela se localiza en la Espartería, la antigua y empinada calle comercial que conecta la plaza de la Corredera con su mercado y terrazas con Claudio Marcelo y San Pablo. La taberna ocupa el sitio de un antiguo almacén de juguetes y tras tiempo de olvido y espera, los actuales dueños la remozaron y desde 1998 su calidad va incrementándose. Es una de las tabernas más activas de Córdoba, organiza regularmente catas con presentación de bodegas y maridajes, a la vez que también organiza actos culturales.
Es una taberna amplia ya que ocupa una casa de dos plantas y en cuanto a su cocina, es de una muy digna calidad. El día que estuvimos nos sirvieron con la copa una tapa de rabo de toro sobre una base de puré de patata. Con la siguiente copa pedimos un revuelto de berenjenas con salmón, muy bueno y que cuadraba perfectamente con el vino.
La carta de vinos es una de las más amplias de la ciudad y a un precio contenido lo que indica a las claras que la dirección quiere cuidar su bodega. Es digno de elogio.
También tienen variedad en los finos: Bodegas Delgado, con los finos en rama, Manolo y Segunda Bota; Lagar del Blanco, y de alguna bodega más.
Tomamos un vino de Lagar del Blanco parecido a vinos de tinaja, es decir fermentado pero sin crianza biológica o bajo velo de flor. Exceso de aromas a confitura y con un tono amielado. Seco, y con un suave y agradable buen paso. No me convenció, aunque a mis otros dos contertulios sí; parece como un fino a medias. Ya tomamos el fino de la Lagar del Blanco en la Taberna Salinas de la Judería y me convenció más.
También catamos el vino en rama sin filtrar de Delgado, con un color y olor típico de un fino. Verdor, y frescor de fruta verde, algo punzante. Amargo y con excelente retrogusto. Muy bueno.
En resumen, una taberna joven, pujante y recomendable.

martes, 20 de septiembre de 2011

Mesón el Coto

Es un pequeño mesón del centro, en la calle Doce de Octubre. Pequeño, pero muy bien aprovechado, con siempre buen ambiente, concurrido y con mucho orden... vamos, de los que al fondo siempre hay sitio. Su nombre hace mención a que incialmente, a principios de los años 70, era punto de reunión de monteros. Y de aficionados a los toros. Así que las paredes tienen poco sitio libre con los carteles de toros, cabezas de toro y trofeos de montería. Es también sede de la Peña taurina dedicada al torero local Finito de Córdoba y guarda en una vitrina uno de sus trajes. Ente otras actividades organizaron un viaje a México DF donde tendría lugar la confirmación de Finito, y que me recuerda al magnifico y ya desaparecido Pedro, pescadero del mercado de Ciudad Jardín, seguidor de este torero y que estuvo casi a punto de ir, él que nunca había ido más allá de Málaga y alrededores. También tienen una buena colección de sacacorchos.
Las raciones que sirven son muy buenas, así como el tapeo, carnes guisadas, salmorejo, flamenquines, pinchitos y otras delicias más. Y a un precio contenido.
El vino que catamos fue el Filigrana en rama de Bodegas San Rafael, y que ya hemos catado otras veces. Un vino bueno, agradable, con poco amargor, buen y amable paso. No es de los mejores, pero no defrauda y se puede copear dos o tres veces sin que nos pese.