miércoles, 4 de enero de 2012

Tabernas antiguas de Córdoba

Quedan todavía tabernas perdidas en el tiempo, con poca renovación de su mobiliario y a la que acuden fieles en busca de agradable compañía.
Últimamente hemos ido a dos tabernas de estas características tal como se puede comprobar por las fotos y que tienen ante todo, su propio encanto. Son locales sobrios, con solería y decoración antigua y donde reina desde siempre el buen y antiguo camarero cordobés, que se ha distinguido por su efectividad y también por su semblante serio, si no llegando a veces a ser intimidante, y que se suele acortar esa definición como mala follá. Un compañero sevillano comentaba que en su primera visita hace tiempo a Córdoba le pasó que yendo a un bar y pedirle dos cervezas al camarero, el cual apenas le miró, y como no las traía se las volvió a pedir y éste le contestó que serían entonces cuatro, con las dos primeras, no?...Son varias las tabernas que son servidas por algún camarero serio, muy eficiente, atento, y que en estas dos últimas visitas lo hemos apreciado. No es necesario decir que hay grandes profesionales en estos menesteres.
La primera ha sido la Peña Flamenca Merengue de Córdoba situada en la calle Fuenseca, sin apenas letreros que la señalen. El ambiente es muy flamenco y torero, con parroquianos del barrio ya que no tiene tapeo y tan sólo se va a charlar, beber y oir flamenco. Tan sólo un dato de lo que tuvo que ser, la cámara frigorífica se emplea de alacena y almacén. El vino que tomamos fue de Bodegas Sillero, de La Rambla, en rama, ligero, amarillo intenso, un poco amargo y retrogusto medio. También disponen de otros vinos en bag in box pero claramente evolucionados, por lo que no los comentaré. Ese día los peñistas tomaban cervezas.


La otra taberna antigua fue la de San Miguel, en Manuel de Sandoval en el tramo ya cercano a la plaza de Chirinos. Es una taberna antigua que ha pasado por ser muy concurrida en los ochenta y noventa por los estudiantes y modernos, para ser ahora un local visitado por los modernos de antes y gente del centro. Vuelve a tener vida. Y el vino es bueno, el Solera que es de Bodega Navarro, y tomado de su propia bota, bien conservado, limpio y con las características de este vino de Montilla. Con color amarillo con ligero tono verdoso, y aroma medio a manzana madura, especias y se podría decir con el toque acamuesado, y notas de madera. Buen retrogusto, acidez media. Un buen vino de una taberna que habrá que visitar de nuevo, para comprobar la evolución de la bota.

4 comentarios:

  1. la descripción de los camareros, no tiene desperdicio. Eso sí, se nota que eres cordobes, cordobes...

    ResponderEliminar
  2. Pues bien que tú desde fuera has tenido la oportunidad de disfrutar del buen camarero. Enrique, el gaditano, también ha tenido problemas en sitios donde yo he tenido una muy buena atención. Será porque soy cordobés.

    ResponderEliminar
  3. Sí, lo malo es que al final te acabas acostumbrando, y ya encuentras normal el caretazo de los taberneros

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, se me olvidaba, un saludo ESTEBAAAAAANNNNNN

      Y Pepe, no te pierdas el amontillao de la taberna San Miguel, a mí me encanta. Ademas los dos viejetes de la barra están sembrados.

      Por cierto, estuve una vez hablando con ellos, y me comentaron que a la taberna le queda poco, pq cd se jubilen se acabó, asi que habrá que aprovechar!!!!

      Eliminar