lunes, 22 de diciembre de 2014

La Compañía. Bar de Tapas y molletes

En la calle Conde de Cárdenas, junto a la plaza de la Compañía está este bar a la sombra de la plaza y junto a uno de los bares más populares del centro, y de toda la vida: El Bocadi. Dura competencia y parece que aguantan. ¿Y cómo lo hacen? Pues tienen tapas, montados y bocadillos bien servidos por sólo 1 euro adicional a la consumición. También tienen veladores en la misma calle, por lo que a la sombra en verano se está bien.

Por ejemplo el bocadillo de atún o el de lomo como se puede ver son bien generosos.
Y la tortilla de patatas es casera, recién hecha, por lo que quizás por esa razón: buenas tapas y buenos montados. También tienen raciones pero no hubo ocasión, ya que había que comer en casa.
Los vinos que tienen: de fino, el Doblas, que parece que está refrescado y más apetitoso que otras veces en los que estaba claramente falto de fuerza, apagado,… en resumen que al menos éste lote era como el de siempre. También tienen PX, y vermut para copeo.
Pedí una copa de tinto Convento Oreja, roble, de Ribera del Duero, un tinto muy fresco, agradable con buenos aromas frutales y goloso en boca. Es un tinto que nunca me ha fallado, me gusta.
Estos días hay mucho movimiento en la Plaza de la Corredera acerca de un espectáculo de luz y música proyectado en el mercado Sánchez Peña. Realmente bien hecho y espectacular, ya casi se están acabando los días de exposición pero había muchísima animación y asistencia a todos los pases. De nuevo volvimos por la Plaza de la Compañía, y esta vez acabamos en Bocadi, que aunque estaba abarrotado, es toda una institución en Córdoba desde hace muchos años. Lo dicho, mucho trabajo tienen por delante los del bar La Compañía con los vecinos de la calle.






martes, 16 de diciembre de 2014

Gran Bar, en las Tendillas, o sea sentro sentro de Córdoba


El Gran Bar es el nombre que se le ha dado a este local. Siempre pensé que su nombre era el Bar Siena, y es que según la magnífica crónica aparecida en el ABC este fue el segundo nombre que se le dió, ya a partir de 1969. Parece que no soy tan mayor.
Se ha hecho una remodelación del interior con mobiliario blanco que a su vez se repite en otro establecimiento que tienen los mismos dueños, el de Puerta Gayola en San Hipólito. Por fuera es igual que siempre, desde sus inicios como Gran Bar: grandes ventanales y de ladrillo rojizo con el que está construido desde 1928 el edificio que lo alberga.
Por supuesto, los veladores ocupan un amplio espacio de la plaza de las Tendillas, que parece que está recuperando su lugar como ágora o de encuentro del personal, aunque por ahora quienes se reunen son los más jóvenes.
El sitio es agradable y la carta es variada, tanto de platos como de vinos. Bien, porque además los precios son contenidos: la apertura de cualquier local requiere atractivos. Pero nos dio la impresión de que este bar va a tener éxito, porque el viernes a la hora del aperitivo estaba muy concurrido.

Pedimos de los tres finos que tienen: Gran Barquero, Tertulia y Cancionero. El primero es un fino de calidad superior, muy serio y hecho, con aromas intensos especiados, buena acidez y salino. El Tertulia es más ligero que el anterior, y como su nombre sugiere es para tomar más usualmente. El Cancionero, que a mi amigo Q. le encanta, me resulta diferenciado de los anteriores, tanto que ganó un  Oro en los Premios Mezquita 2013, pero a mi en particular se me hace más difícil, por sus mayores armonas a reducción. Cosas del gusto.

Aparte de las consabidas aceitunas, pedimos una ración de atún encebollado. ¡Fuera de carta!. Y nosotros sin saberlo. Todos tenemos un mal recuerdo de un pedido fuera de carta, pero en este caso el plato iba bien servido y fueron 9,95 euros.
También se pidió media ración de morcilla de burgos a la plancha: nada de particular y sólo 4 cuatro trozos. Lo dicho, no me convencen en la mayoría de los casos las medias raciones porque valen mucho más de lo que dan. Se supone que es una forma de picotear y probar varios platos, pero no compensa. Excepciones las hay, como la Taberna Góngora, Taberna Moriles, Taberna San Basilio o la Taberna Emilio (en la Av. de Cádiz) y algunas más, ...

Probamos también dos copas de tinto, ambos tintos crianzas riojanos del 2011: Hacienda López de Haro y Luis Cañas, buenos vinos a buen precio. De aroma fino, lo justo y ambos suaves en boca. Para tapear están bien.
La cuenta: 7 consumiciones entre cerveza, fino y tinto, una ración y una media, por 27 euros, a 9 por cabeza. No es barato, pero está bien. Se puede decir que para estar en el sentro sentro de Córdoba, está bien. Nota: un 7,8.








viernes, 12 de diciembre de 2014

Cata de Emilio Moro y Cepa 21 en la Taberna Yerbabuena

 El jueves 11 de Diciembre asistí a una cata de la bodega Emilio Moro en la taberna Yerbabuena, que dirige con buena mano del melojo, Alfonso. Para quien no lo sepa melojo es el gentilicio de Hornachuelos, pueblo de origen del susodicho Alfonso.
La Yerbabuena está en Manuel Bocanegra, una calle del barrio de Poniente (o sea el Zoco) y cerca de la av. del Aeropuerto.
La cata estaba dirigida por Sonia, la comercial de la propia bodega. Debo decir que manejó la cata muy bien, sin pretender dar clases de cata y sacando aromas de todos sitios. Una cata ágil, alegre y agradable. Bien por Sonia.
Había mucha expectación y demanda por asistir a ella, tanto que con la idea de que las catas van siempre con retraso, llegué diez minutos antes de las 9 para hablar con el representante de la bodega y ya estaba la Taberna con mucho público. Para facilitar la asistencia, y como el local es reducido a sólo unas 25 personas, habían retirado mesas y sillas por lo que sin problemas podíamos estar allí mucho más de 50 personas. Hagánse si no idea por el número de botellas que la bodega gentilmente dispensó entre los asistentes.

La bodega de Emilio Romero, ahora llevada por sus hijos, está en Pesquera de Duero (Valladolid) y sus viñedos van de los 700 a casi 1000 metros de altitud. El clima continental de la zona: fríos, poca lluvia, diferencia térmica de noche y día, hacen el resto para que las uvas se carguen de color y una buena acidez.
 Se puede decir que de la misma familia salen han salido dos bodegas: la propiamente dicha de Emilio Moro, y la de Cepa 21, que está en Castrillo de Duero. Ambas cultivan tinta del país (o sea la tempranillo como se le llama en Ribera del Duero).

El primer vino catado fue el rosado Hito, de la bodega Cepa 21. Con un bonito color, pero corto en nariz. Parece que lleva algo de contacto con las lías, pero al emnos en boca no se notaba porque era vivo, algo astringente. Un rosado que nos decía algo más en boca que en nariz, pero quizás algo agresivo en boca. Con buena persistencia.

Después pasamos al tinto Finca Resalso 2013, un vino que se encuentra distribuido en muchos bares de por aquí. Con 3 meses de barrica. Guinda picota muy intenso. Aroma a fruta roja, de nuevo nos pareció corto o justo más bien en aroma ya que el primer golpe era muy frutal, pero después no aparecían esos aromas. No era sólo apreciación mía. En boca es cálido, buena acidez, pero un final astringente, que no cuadra con un vino fácil de beber. Está claro que estos vinos son para acompañar un buen plato.

A estas alturas dela cata, la gente estaba ya totalmente animada y Sonia, que se hacía escuchar fácilmente haciendo sonar la botella, pasó ya a mostrar los vinos más representativos de estas bodegas.
El Emilio Moro 2011 tenía una capa de color muy intensa, como se puede ver, apenas se distinguía el halo al volcar la copa.
Muestra aroma frutos rojos y algo a mora. Es también especiado ya que tiene 12 meses de crianza en roble francés y americano. Quizás salía el alcohol también. Pero se trata de un tinto a la vez elegante y potente. De nuevo, más intenso de la cuenta en boca, en cuanto a astreingencia se refiere: es como el toque personal de la bodega. No sé...

El siguiente tinto fue el Cepa 21. Del 2010, 14 meses en barricas francesa y americana. Es otro concepto este vino: más frutal, también potente en boca, pero sensiblemente menos astringengente y por decirlo de una manera, más cálido o amable que el anterior. En particular me gustó. Se puede encontrar sobre unos 20 euros, al igual que el anterior.
Los protagonistas de la cata: Sonia y Alfonso

Por último, el Malleolus del 2011. Este tinto de Emilio Moro se ha llevado 18 meses en barrica, combinando las de 500 con  las 225 litros. Se trata claramente de un vino con más aspiraciones que los anteriores. Un tinto se puede decir más hecho, con buena presencia de fruta y de toques de madera. Un poco licoroso, pero a diferencia de otros mucho más suave en boca. Más equilibrado, un vino muy elegante. La madera no está presente a pesar de su tiempo en barrica. Es un vino con un precio de unos 30 euros.
Con unos amigos
Alfonso en su labor de tabernero
En resumen, una agradable y vivaz cata. Acabamos a las 10 y media. Los vinos me han parecido buenos, quizás algunos más duros en boca de la cuenta. Los que más me gustaron: Cepa 21 y el Malleolus. Estos vinos son para seguirlos y a ser posible  conseguirlos para estas navidades.








martes, 9 de diciembre de 2014

Hace 10 millones de años los ancestros humanos ya tomaban alcohol

Esta noticia publicada recientemente en Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS) sugiere que los primates que viven en el suelo, chimpancés, gorilas y hombres adquirieron una mutación que les permitía obtener energía del alcohol. A diferencia de orangutanes que viven en los árboles y no la tienen.
Todo parece estar relacionado con un cataclismo climático ocurrido en el Mioceno medio y que supuso una gran extinción de especies debido a la desaparición de masa arbórea, lo cual les obligó a bajar de los árboles y empezar a caminar. Parece que la mutación en la alcohol deshidrigenasa (ADH4) sucedió en un tiempo próximo a la capacidad de ser bípedos.
La ventaja sería la adaptación a poder consumir fruta podrida, y por tanto fermentada, caída de los árboles. Básicamente la enzima, que está presente en el tracto digestivo desde la boca al estómago, es capaz de transformar alcoholes superiores pero no los de pequeño tamaño como el alcohol. La mutación, sólo en unos pocos aminoácidos, permitiría cubrir necesidades nutricionales: la asimilación de alcohol incrementaría la ingesta de calorías en la dieta de nuestros ancestros.

viernes, 21 de noviembre de 2014

¿Qué tiene una taberna para ser la primera en Tripadvisor? Taberna Luque

¿Taberna Luque? ¿Dónde está? ¿En Blanco Belmonte? Sí, la calle que baja desde la zona centro hasta las inmediaciones de la Mezquita. Una calle llena de bares para turistas. Pues allí fuimos.

Pequeña, recogida, 4 mesas dentro y otras 4 fuera. Si tenemos en cuenta que en Tripadvisor se encuentran a fecha de hoy casi 700 recomendaciones positivas quiere decir que todos los que por allí han pasado les ha gustado.

La mayoría de los usuarios ese día, un viernes al mediodía lluvioso, eran forasteros. ¡Hay que ver cuánto turista hay ahora en Córdoba! Si antes era en primavera, Semana Santa, Patios y Feria de Mayo. Y ahora hay hasta autobuses grandes para una visita rápida de la ciudad.

El personal era un camarero, una señora en barra y alguien en cocina. El camarero era y es un profesional como la copa de un pino. Punto primero para que los puntos Trip. Mesa con mantel de tela blanco y una botella de aceite virgen extra ecológico, de la marca Luque: eso no es normal, tan buena presentación de la mesa. Punto dos.
Como tardaban los colegas, pedí un fino. Sólo tenían el Saavedra de Bodegas Maillo, a mi gusto uno de los mejores finos de la DO Montilla-Moriles. El precio es 2 euros, alto. Como dice un colega, él paga 2 euros por uno bueno. Punto tres, tener un muy buen fino en un bar de turistas.
Cuando estábamos todos, trajeron unas tapas de queso fresco y rulo con carne de membrillo y bollos de pan caliente, que sirvieron para catar el aceite. Buena y original tapa.
Dentro de la taberna, tiene una exposición de aceites, de la marca Luque y de otras de Córdoba.

Pedimos un revuelto de espinacas, gambas y piñones. Bien presentado (la foto es cuando ya quedaba poco). Buen plato, con el mismo sabor como si lo hiciéramos en casa. El precio del plato 9 euros, normal en estos tiempos, quizás algo alto para otros bares de la zona.

De segundo plato, unas croquetas. No sé realmente porqué se piden croquetas fuera de casa. Quizás las nuestras, las de casa, son realmente buenas. Estas eran correctas, las he probado peores, pero eran de masa normal con algún trozo de jamón, picadito, picadito.
El precio de las raciones y al menos 7 consumiciones 36 euros, 12 por cabeza. Lo considero correcto pero algo subido de precio. Relación calidad-precio, 8,0.
En conclusión, un buen y agradable sitio para comer, pequeño, cómodo, con muchos detalles, bien atendido, al estilo de muchos pequeños restaurantes en Centroeuropa. ¿Vale ser el mejor? Pocos cordobeses conocen la taberna Luque, pero está claro que buenos y simples detalles, y un buen servicio es fundamental.





Una visita guiada a Toro Albalá

Y no podía ser dicho de otra manera. La responsable de marketing de la Bodega Toro Albalá, Pilar Bujalance, y Rosario Sánchez, propietaria e hija de Antonio Sánchez, nos guiaron en el recorrido por la bodega de Aguilar de la Frontera.
Esta bodega siempre se ha caracterizado por la calidad de sus vinos, que le ha hecho que quizás sea más valorada fuera que dentro de España. A ello ha contribuido los distintos premios conseguidos y al reconocimiento por parte de críticos y revistas internacionales, logrando el cénit de los vinos actualmente: los 100 puntos Parker.
La bodega se fundó en 1922 en el sitio donde antes estaba una fábrica de electricidad, y de ahí viene el nombre que se dan a parte de sus vinos, Eléctrico o 3 fases.
No partió de cero, ya que existía desde 1844 y tan sólo fue cambiar de ubicación a la actual. En la entrada se puede encontrar una mención a la calidad de sus vinos en una exhibición de 1877.
El fino Eléctrico es uno de los mejores finos de la DO Montilla-Moriles.

La visita comenzó por la sala de cata, una maravilla de la recopilación de revistas, artículos y libros de enología. La erudicción que se palpa en el fresco ambiente de la sala de cata indica como ella nos señaló, la laboriosidad de la bodega en intentar conseguir el mejor producto posible. 
Según nos comentaba Pilar, Toro Albalá no tiene viñedos propios y lo que hacen es comprar el mosto ya fermentado, ya que su mejor tesoro son las barricas, muy antiguas y posiblemente alguna aún sea de los tiempos de la primera bodega del siglo XIX.
Tras pasar por los depósitos donde se guardan los mostos, nos acercamos a la zona de embotellado: realmente una máquina embotelladora pequeña, lo que indica que no es la alta producción de botellas lo que va buscando esta bodega.
Es más bien, dirigirse a públicos entendidos y también exclusivos, donde Toro Albalá tiene un buen mercado. Esto viene a cuento porque nos detuvimos por la zona de embotellado a mano, taponado y lacrado también a mano. En particular se estaba embotellando PX de 1965 y de 1984.
Como se puede observar se trata de un producto de una exquisita presentación, y en particular se estaba embotellando una partida de 600 botellas para clientes extranjeros.

En cuanto a los vinos, pues debo decir que cada día me gustan más los vinos de nuestra DO, los finos, olorosos, amontillados y PX. En el caso de esta bodega, los vinos que porobamos directamente de la bota estaban realmente buenos.
Comenzamos por una cata de Fino Eléctrico, directo de la bota, un solera que podría tener unos diez años. Aroma ligero a reducción para después salir notas de frutos secos.
En boca, seco, con buen retrogusto y persistente. Parece que en boca va a ser duro pero en realidad es suave porque tiene mucha complejidad.


El amontillado sacado también de la bota era un compendio de aromas: avellanas, almendras, y más notas agradables. En boca es muy sedoso, a diferencia de otrtos amontillados, este es redondo sin aristas, salino, pero algo dulce. Lo que se dice un amontillado totalmente equilibrado.
En la foto se ve el color del amontillado, viejo, oxidado, y totalmente hecho. Otros amontillados dan en boca una sensación muy ácida, éste no. Ligeramente amargo, un poco astringente y persistente. El vasito olía a  amontillado y estaba ya vacío. Un perfume.

Por último tomamos, gracias a Pilar, un poco de dulce PX 1946. En la foto se ve que se está venenciando un líquido muy denso, negro.
Huele a café, cacao, torrefacto, a resoli, ese licor de café.
Exquisita nariz.
En boca apenas se nota la carga de azúcar, es un todo, recubre la boca. Algo amargo, como chocolate puro, y también algo astringente. Persistente, muy largo. Este vino es uno de los 100 puntos Parker. Una suerte haber sido afortunado en probarlo, porque tiene un precio....

Por último, la visita con los futuros enólogos acabó en el museo de cosas variadas que los dueños de Toro Albalá han ido acumulndo con el tiempo. Rarezas, curiosidades, que hace a uno preguntarse la curiosidad natural que hay que tener para guardar y conservar tantos objetos tan diversos.
Gracias de nuevo, Rosario


















































lunes, 10 de noviembre de 2014

Restaurantes Gris´s, Los berengueles y La Tinaja

Los tres que voy a comentar están en tres puntos distintos de la ciudad de Córdoba
1) Gris´s
En la Plaza de la Trinidad está el Gris´s y que hace gala de sus orígenes de Jaén, preparando algunos platos que se hacen allí. Fuimos los amigos con las señoras y comimos en la terraza de la calle. Como este pasado Octubre ha sido muy caluroso, la temperatura era muy agradable. Los platos más tipicos son las espinacas esparragadas. Se preparan friendo ajos, pan rallado, y con pimentón y luego rehogando las espinacas con un chorreón de vinagre. Se puede aumentar el plato añadiendo garbanzos cocidos de bote, o los que sobren del cocido. Ese día las pedimos y apenas sabían a vinagre, y tenían un terrible color amarillo de tanto colorante.
 Sí hacen con mimo el choto, que aunque sirven en raciones poco abundantes la gracia del plato es la salsa aceitosa que es una placer mojar sopas de pan. Y sí está bien rico el choto.
Creo que es un restaurante que se está subiendo para arriba en precio: porque cocinan bien, unos platos mejores que otros, y porque el servicio es muy agradable con un camarero en particular que es un punto la gracia que tiene. Pero parece que los platos van menguando en cantidad. Tienen un vino cosechero de Rioja que es afrutado y refrescante. Tienen el menú turístico (incluyendo las espinacas) por 13 euros. Correcto, valor-precio 7,0.

  2) La tinaja
Es un restaurante con aspiraciones de ser un punto de referencia en la ciudad. Se le ve venir. Por su cuidado estilo, cuidada preparación de los platos y no demasiado subido de precio.
Está en la Ribera, junto al río y tiene una buena terraza. Pedimos varios platos, aunque nos encantaron los cardos con cocochas, muy tiernos y una salsa de almendras bien trabada. Quizás la ración era justa, pero ya se sabe cuando sirven platos grandes... Y la presa ibérica muy tierna y jugosa. El salmorejo con bacalao no resultó del todo convincente, por éste último porque estaba demasiado seco. Buena relación de vinos y a buen precio. El servicio es esmerado y muy atento. Salimos por 15 euros por persona, sin postre pero todos satisfechos. Relación calidad-precio notable, 8,5, y subiendo. Buen servicio, platos bien presentados y entorno muy agradable en un día soleado.


3) Los Berengueles
Aquí los amigos querían salir en la foto. Falta el autor del reportaje, otro día será: quien muchas fotos hace... en pocas sale.
Un restaurante con una decoración interior exquisita ya que se sitúa en una gran casa en el centro de la ciudad, en la calle Torres Cabrera cerca de la Plaza de Capuchinos y dela Taberna Góngora.
 Aquí encontramos el fino Pato, que está bien rico: seco, con aromas de crianza, buena acidez y retrogusto.
Ese día íbamos sólo a tapear y nos dejaron sentar en el interior muy amablemente, ya que tiene una pequeña barra pero es incómoda y sólo sirve como de espera al salón.
Probamos unas berenjenas y una sabrosa ensaladilla. Tienen una buena carta, completa. Las patatas asadas están dentro de su especialidad, otro día las probaremos. Pero este restaurante está como eterna promesa, no sé, le falta algo para estar entre los más punteros de la ciudad.
Sin duda, uno de los restaurantes más bonitos de la ciudad, y los precios son contenidos para ser un restaurante, quizás el medio de fino algo más caro de lo normal.