domingo, 27 de diciembre de 2015

Los Hollejos: ahora en Ciudad Jardín

 Como muchos sabréis ha habido cierre obligado en el establecimiento de los Hollejos en el Mercado de la Corredera, o Sánchez Peña. Parece ser que no le dejaban a Alfonso tener mesas fuera del mercado a horas en las que el mercado cierra. O sea, a partir de las dos y media debe cerrar, lo que significa su cierre real. 

Si se visita su página en tripadvisor, muchos usuarios comentan que así han comprado otras cosas en el mercado: todos parecían que podrían ganar, mas la idea final puede ser convertir el mercado en otro mercado victoria con el tiempo: lo que se emplea, perdura, pero creo que los puestos perderán un extra de ventas.

En fin, que Alfonso y su familia buscaron un local y por ahora están en Ciudad Jardín, en Camino de los Sastres, donde antes estaba el Loro Verde. Fuimos con unos amigos que habían visitado Los Hollejos en el mercado, y sabían más que yo de sus movimientos.

Ahora mismo, Los Hollejos es quizás las vinoteca más económica de Córdoba. Un gran surtido de vinos, que pueden ser abiertos sin problema. Olé por ellos. Con cada copa o cerveza sirven una tapa gratis. Muy bien presentada, pero que dejan que desear algunas.

Si hago un repaso, tomamos vermut Amanecer de la Cooperativa La Aurora, aunque esté contenido en botellas preciosas de Alvear. Pensaba que era de Alvear, que es uno de los mejores, porque el Amanacer es bastante dulzón.
Después ante tanta oferta me fui como siempre a por las rarezas: no lo puedo evitar. Y la primera fue Bobal de Dominio de la Vega. Un tinto que tenía ganas e probar porque me han gustado los vinos de esa variedad levantina (Util-Requena). En nariz es sugerente, con aromas a fruta roja, moras, café y en principio amargo en boca, buena acidez, pero que después va mejorando porque en principio es más astringente de la cuenta, por su verdor. Tiene tres de meses de crianza. Está bien, correcto. 

También se pueden pedir platos más grandes por sólo 4,5 euros, abundantes, para ese precio. La carne de cerdo guisada estaba muy bien hecha, sabrosa. Los cardos estaban más ácidos de la cuenta. En mi casa los hacemos mejor, ya que es una verdura que no es fácil de hacer.

A partir de aquí fuimos compartiendo vinos para no acabar más cargados de la cuenta, porque hay que cuidarse.
El siguiente fue Hacienda Zorita, un tinto de la Ribera del Duero de Salamanca (Arribes) con muchos aromas de crianza, más  clásico. Y el Coto de Hayas (Garnacha-Tempranillo) de Campo de Borja (Zaragoza), también la crianza presente aunque con algo más de fruta que el primero. Son vinos correctos, de batalla, y que son servidos a 2,4 euros la copa, bien servida. Lo dicho, los Hollejos se trabajan bien los vinos.

Y otros vinos que probamos fueron el Enate Tempranillo-Cabernet Sauvignon), bien hecho, en nariz y en boca. 
Y un blanco, el blanco Chardonnay Hacienda Princesa de Vinos de la Tierra de Castilla, cerca de Valdepeñas. Tiene un excelente aroma a piña, fruta y aroma dulzón. En boca es untuoso, con buenas lías ya que se elabora fermentando las uvas en barricas de 500 litros. Un vino curioso y a tener en cuenta.

Y en cada copa una invitación, totalmente asegurada, ya que están pendientes de los clientes.
Quizás el nivel de las tapas, excepto el salpicón y la carne guisada, bien aliñados y sabrosos, no es como se espera y se nota que en alguna tapa la materia prima es congelada. Como las espinacas, sin apenas sabor. 













Y comentaba Alfonso que están a la espera de poder tener pronto la capacidad de poder elaborar comida en el local, porque hacen como muchos bares que lo hacen en otro sitio y simplemente calientan. No es el único bar que he visitado con esa situación. Pero en el caso de Alfonso, que provenía del Mercado y en que se elaboraba todo muy fresco, bien a la plancha o frito, aquí se encuentra con capacidad de maniobra reducida.


Las ultimas consumiciones fueron gratis, gracias a la deferencia de Alfonso por lo que la cuenta resultó muy conveniente. Comimos cuatro personas por 29 euros y probamos variados vinos. Muy bien, pero deben mejorar en algunas tapas.
Habrá que probar otra vez en los Hollejos y catar nuevos vinos.

Por cierto, allí me encontré a Jaime, antes socio de la Asociación y que me dio gran alegría ver de nuevo. El se ha hecho un asiduo de los Hollejos desde hace tiempo, y considera de gran valor la capacidad de la vinoteca para probar muchos vinos a buen precio.















miércoles, 23 de diciembre de 2015

Taberna del Río: se come bien allí

El lunes 21 de Diciembre quedamos todos, o sea los ocho: tabernícolas al completo, para comer en la Taberna del Río
Un lugar agradable, bien atendido, y situado en la Ribera: quizás la zona donde haya más oferta gastronómica del a ciudad.
El día acompañaba (aunque por las trazas que llevamos en el año, tener un día soleado es ya una mala señal).

La Taberna del Río y La Montillana (en el centro) son del mismo grupo y ambos se caracterizan por tener una comida bien elaborada y a buen precio.
El lugar que ocupa la taberna es una casa de pisos, y azotea. La planta baja está elevada del nivel del suelo y se asemeja a un mirador desde donde ver el río y el puente oxidado.

Como se ve el día era espléndido, y el abrigo sobraba hasta en la sombra: qué cosas del cambio climático en estas fechas navideñas tan entrañables.

El servicio fue atento en todo momento y los platos salían rápidos, demasiado rápidos. Pensábamos que con todo el personal que había en la Taberna, a cocina iría lenta y que habría que pedir rápido. La consecuencia fue que cuando un plato s terminaba llegaba otro bien rápido. A pesar de ello, acabamos cerca de las seis con los cafés, el postre y las copas.

En cuanto a los platos pedidos:

- Mazamorra de almendras, confitura de pera ecológica y virutas de atún ahumado.  Sabroso y bien elaborado, con sabor ligero a almendras; el acompañamiento le iba muy bien. 


Si acaso, que la mazamorra estaba muy triturada y algo líquida. Creo que se abusa del tamizado de estas cremas, y se elaboran pasadas de trituración: si reservaran una parte menos triturada y se añadiera al final quedaría un tacto en boca… menos sintético e industrial, como parece que es la tendencia.

- Ensalada de espinacas, queso de cabra de Zuheros, tomate semi-seco y piñones, una ensalada fresca y muy bien aliñada. El queso más ligero de la cuenta.

- Noodles con mini sepias y salsa ponzu. Este plato nos sorprendió gratamente a todos. Cada día estamos más acostumbrados a la cocina asiática. Y este plato combinaba la pasta con una salsa combinada de soja y sepia. 
El típico sabor a glutamato de las salsas de soja no sobresalía y junto con el calabacín a la plancha, quedaba muy resultón el plato.

- Pluma ibérica a la parrilla. 
Un plato con 220 g de carne, según carta. Y la carne ibérica estaba en su punto de hechura. Hace poco comimos pluma en otro sitio, y la carne estaba totalmente pasada. 
Creo que hay que esforzare por hacer mal la carne de cerdo ibérica. Si se pasa es por falta de atención en cocina. 

- Chipirones a la sartén con salsa Americana y chiles
Este plato llevaba una base de cuscús que contrastaba con el picante de la salsa. 
Estaba conseguido el plato aunque quizás no lo disfrutáramos a causa de que ya íbamos ahítos, o bien saciados que casi sobró un poco. Y en nuestro grupo una cosa no, pero de buen comer y beber somos. Y no está bien dejarse algo en el plato, tal como nos enseñaron de pequeños.

En cuanto a la bebida, pedimos fino Eléctrico, fresco, refrescante en boca, con poca crianza y muy fácil trago, también de poca persistencia en boca.

Y de tinto, aunque nos ofrecieron Pétalos del Bierzo (a buen precio, 25 euros, cuando en tienda está sobre 15) escogí el Baltasar Gracián Viñas Viejas. Un tinto garnacha de la DO Calatayud.
Un tinto con muy buen color rojo picota. Con muchos aromas a fruta roja y negra. Bastante complejo en nariz, con dulzor ya que son 15º de alcohol. En boca era fresco, un pelín amargo y buena persistencia.

Se bebía fácil. El precio era de 14 euros, y en tienda debe andar entre 6 y 8 euros. 




















Parece que empiezan a cuidar el precio de los vinos. Al día siguiente comí con los compañeros de trabajo en el Garum, que queda cerca de la Taberna, y el Pétalos a 22 euros.






Tras los postres, Tarta de la abuela Tarta tres chocolates a nuestra manera (Crema de nutella, mousse de chocolate blanco y teja de chocolate negro), una copa de brandy de Sánchez Romate (eso sí, a 7 euros la copa). Hacía tiempo que no tomaba este licor fuera de casa. Y como buen representante de los vinos de Jerez, era dulzón, equilibrado, suave en boca, muy comercial.



Por último, la cuenta. Todo salió por menos de 25 euros. Creo que estuvo muy bien, ya que los platos se pidieron por duplicado.
 Eso sí, hubo que rectificar la cuenta dos veces porque había varios conceptos cuadriplicados, en vez de las dos pedidas. Y eso que se le pidió siempre al mismo camarero. Pero para eso hay que repasar en estas fechas en que todo es alegría, amistad y buen humor.

Así que a todos los que vayan a leer esta crónica les deseo Feliz y lluvioso 2016. Ya lo de próspero, si llueve, será más fácil que lo sea.

































martes, 15 de diciembre de 2015

Cata formativa con vinos generosos y cena en el Sojo Fusión

Esta cata que celebramos ayer martes, fue la última cata del 2015 del grupo Asociación de Sumilleres de Córdoba. 

Y fue un buen motivo para echar un buen rato, ya que Enrique, Antonio y Bernardo se las apañaron para traer vinos generosos de Huelva, Chiclana y Montilla, respectivamente. 
 Vinos generosos con sus peculiaridades, similares y diferentes, pero todos con ansias de ser más conocidos.
 
Nos juntamos en el Sojo Fusión, un precioso y bien llevado restaurante junto al río, con una decoración diferente y muy vistosa. No fue en el mismo restaurante sino en una sala adjunta y que se entra por Enrique Romero de Torres, la corta calle arbolada que conecta la plaza del Potro con la Ribera.

Empezamos por los vinos del Condado de Huelva, y suministradas por su Consejo Regulador.

- Condado Pálido, que sería el equivalente al fino, y no se le llama así porque Fino sólo se puede nombrar a un vino de criaderas y soleras en Montilla-Moriles y Jerez.

Elaborado con la uva Zalema, es realmente muy pálido, filtrado a conciencia, y con 15% de alcohol. Presentaba aromas suaves, tenues, a plátano y panadería, y el alcohol sobresaliendo. En boca es ligero, mejor en boca que en nariz; de nuevo el alcohol que le hace ser dulzón.


- Oloroso, un vino de color ámbar, agradable en nariz, con los aromas propios de estos vinos: aromas de crianza oxidativa, frutos secos, tostados y madera, pero corto en boca. 
Es como si quedara corto, y los que estamos acostumbrados a los vinos montillanos, estos vinos onubenses, correctos, nos parecían ligeros.

De Chiclana (Cádiz), adonde se acercó Antonio Flores para conocer la zona y se trajo dos vinos de la Bodega Collantes, y perteneciente a Primitivo Collantes. La bodega pertenece a la DO Jerez.

- Arroyuelo, Fino en Rama. Con 15º alcohol mostraba un intenso color oro, se podría decir que era un fino viejo.

En nariz era extraño: aromas a eucalipto, resina, muy alejado de la sequedad, aromas a frutos secos de los finos de aquí. Descolocaba ese aroma, lo cual sólo quiere decir que no estábamos acostumbrados, pero en cualquier caso no era un olor atrayente.
En boca era suave, bien integrado y fresca acidez. Pero la nariz hacía que no nos convenciera.

- Amontillado Fino Fossi, con 17,5º. Ha pasado crianza de 12 años. Color ámbar. Aromas a licor de guindas. En boca es ácido, potente, salino. Es un vino muy bebible. Realmente sabroso y rico.
Ha obtenido 90 puntos Parker.

























- De Alvear, nos trajo Bernardo el Fino Solera Capataz Viejísimo. Se trata de un fino sacado de la bota y en la que se ha tratado de evolucionar un fino hacia amontillado, pero quedando en un punto medio. Como él decía, se ha preparado ex profeso con ese fin. Tiene al menos 9 años de crianza. De un bonito color oro.
Aromas a madera, seco, poco aromático. En boca es complejo, largo y suave. 
Cuando la copa se calienta comienzan a salir aromas, a nueces, frutos secos, pero pierde en boca. 
Está claro que hay que tomar frío.


Faltaba el vino dulce PX de Alvear, que también era como el anterior casi una primicia. 



















- PX Solera 1920, el vino que probamos llevaba embotellado una semana. De un intenso color caoba con reflejos yodados. Muy denso.
Aunque tenía 1g/L de acidez volátil, apenas si se notaba. En nariz estaba algo cerrado, y sobresalía sobre todo aromas a tabaco. En boca era un concentrado de aromas: cacao, chocolate, tabaco, dátiles. Larguísimo, dulce y a la vez amargo. 
Una verdadera delicia.


Y con estos vinos, nos trajeron la cena. 
Como se ve hubo un buen ambiente en una bonita sala y sobre todo, muy bien atendido. El personal de sala era un dechado de efectividad, rapidez y atención.








- Salmorejo con jamón ibérico y lo que observa de color blanco, no era clara de huevo sino polvo de aceite.
Muy bien presentado, y encima habían puesto una lupa.
El polvo de aceite sabía poco. Y a mi parecer se abusa del triturado para hacer una crema del salmorejo.





- Croquetas caseras de carne de cocido, muy ricas y realmente con sabor casero, al menos parecidas a las que hacemos en casa. Las croquetas son trabajosas de hacer, pero bien hechas, merecen la pena.

Hacía tiempo que no comía croquetas tan sabrosas (fuera de casa) y que me recuerdan a las que comía en casa de mi suegra (que era una verdadera artista).



 
 - Flamenquín de pluma ibérica, relleno de pimientos y emborrizado con pan japonés (eso decían). Sí que el sabor era menos dulce que el que se emplea normalmente.
El pimiento a algunos les parecía más de la cuenta, pero le daba mucha jugosidad.










 
 - Risotto de trigo y lascas de atún, a mi parecer una delicia. Quizás el más rico de los platos. 
El atún no sabía mucho, pero el conjunto era sabroso, bien combinados el queso, los boletus y la pimienta.
Desgraciadamente a esas alturas de la cena, ya casi no podíamos más.
Pôrque había otro plato, canelones de rabo de toro, que apenas probé (no hay foto).

Para redondear los huecos que pudieran quedar: tarta de queso.










 


 Por último, desear a todos felices fiestas, y próspero y lluvioso feliz 2016.


























jueves, 3 de diciembre de 2015

Presentación de nuevos vinos de Robles en la Taberna el 10

El miércoles 2 de Diciembre nos convocaron los responsables de Bodegas Robles a la Taberna nº 10 para que conociéramos sus nuevos vinos. 

En total fueron cuatro vinos, y antes de comenzar Rocío Márquez nos adelantó que habría al menos una sorpresa.
Tras unas breves palabras, Francisco Robles comentó que la idea era dar a conocer los vinos, anticipándose a su salida al mercado y con el fin de quer diéramos nuestra opinión como consumidores, y no ya como expertos.
Parece que hay un grupo de bodegas que se juntan y se hace una cata ciega de sus producots, y los bodegueros expresan sus preferencias, cualidades y defectos. Diríase que a pelo se conoce la opinión de gente entendida en el tema.

Yendo a los vinos de Robles de la noche, que presentó y describió Rocío:

- Chenin Blanc, con 11º de alcohol y con algo de carbónico. Tipo frizzante o tipo aguja, es decir con carbónico.  Para que sean considerados como tales, el carbónico debe provenir de la fermentación y cuando se adiciona el carbónico se les llama vino espumoso.
Es de un color amarillo pálido, y lo novedoso es la burbuja en el fondo de la copa. La burbuja estaba muy bien integrada, pequeña, juguetona en la boca. 
Pero el vino es algo corto en aromas frutales, y que en esta variedad abundan los tonos cítricos y frutales. En boca es una combinación de moderado dulzor, acidez y algo de amargor. 
Es persistente y puede ser una grata sorpresa para mucha gente. A los asistentes les pareció muy agradable, pero en mi caso los vinos abocados no me entusiasman. Quizás le sobre algo de azúcar ya que cuando sube la temperatura el dulzor se acrecienta, si bien los aromas herbáceos y florales comenzan a aparecer. 
Hay que reconocer que es una estupenda oferta este tipo de vino y que seguro que tiene éxito comercial.

- Verdejo, con 12º y claramente mucho mejor que otros elaborados por esta bodega. En aroma y en boca.
Amarillo con tonos verdosos. El aroma es fruta blanca: pera, a flores y toques vegetales. En boca es ácido, con cuerpo, algo goloso, amargo, persistente. Según decía Rocío se ha elaborado haciendo removido de las lías (batonnage, en francés y en lenguaje enológico) y se nota la mayor amplitud del vino, en nariz y en boca. El retrogusto es también notable.

- Vino yema. No es un vino para el mercado, ha sido elaborado este año y será añadido a las botas para elaborar los finos. Querían traerlo para que lo conociéramos. Es un vino dorado, quizás con un color demasiado desvaído y con pocas notas de juventud. Tenía poco aroma: notas a manzana, levadura y también reducción. En boca es goloso, algo dulzón, ácido y persistente.

- PX, un vino con 12º de alcohol, de color ámbar y muy denso. Aromas a dátil, naranja y orejones. Tiene un elevado contenido en azúcar, unos 300 g/L, y el alcohol añadido (menos del 15% legal o normativo) que debe serr también ecológico, está muy bien integrado. Ya, en diciembrte. En boca es muy dulce, pero a la vez fresco por su elevada acidez. Tiene un ligero amargor que redondea el producto.  

Una buena presentación de los vinos de Robles, bien apoyada por imágenes de la viña ecológica.

Para terminar hubo una pequeña degustación de aperitivos en la terraza del 10: mazamorra, berengemas con miel, trozos de flamenquín, … 

La decoración de la Taberna Nº 10 está conseguida, a mi parecer, y la casa está aprovechada al máximo. Es un sitio acogedor. Quizás haya excesivos colores en las paredes. 

Las vistas son muy interesantes, a pesar de ser sólo tres plantas; además, la noche en la Judería es diferente: tejados, campanas de relojes, silencio, hace que todo se sienta diferente y entrañable. 

Lo que hay que hacer para no escribir mágico o espectacular,  palabras en mi opinión supersobadas a base de abuso en su uso.


Por último, una foto con algunos de los sumilleres.






viernes, 27 de noviembre de 2015

Cata de vinos con la DO Somontano, Asociación de Sumilleres y Departamento de Hostelería del IES Gran Capitán de Córdoba

por generosidad de F. Castilla
   El martes 24 de Noviembre hubo una cata de formación a cargo de Manuel Blasco, que representaba a una selección de vinos de la DO Somontano (Huesca)

  Esta DO es aún poco conocida y de ellas tan sólo se conocen las principales bodegas, ya que éstas suponen casi el 90% de la producción. Pues bien, nos iban a dar a probar también vinos pocos conocidos de bodegas con limitada producción, así como de las más reconocidas comercial y cualitativamente hablando. O sea, hablando en plata: ocho vinos (faltan dos tapones).

   











   
   Las características geográficas e históricas de Somontano (junto a los montes) son comunes a otras zonas cercanas a los Pirineos, como La Rioja, que experimentaron un rápido crecimiento cuando la filoxera atacó las vides francesas. A diferencia de La Rioja, esta zona cayó en el olvido, que se recuperó en los años setenta cuando la cooperativa se puso manos a la obra. 















Comenzamos con una golosina, el Alquézar de Bodegas Pirineos (ahora pertenece a Barbadillo). Un rosado con aguja: un vino muy frutal, agradable y refrescante en boca. Hecho con tempranillo y cabernet sauvignon. Con tapón de rosca, de clara vocación juvenil o de entrante para una comida con amigos; y para servir muy frío.

   Manuel nos mostró fotos de la villa medieval de Alquézar, y habrá que ir a verla.











   Seguimos por dos blancos: Mascun y Glarima.

    El Mascun de Bodegas Osca hace referencia a una zona de barranquismo muy apreciada por los practicantes a esta actividad. 
   Este vino, con aromas a fruta blanca y flores, dulzón,a lgo amielado, tenía también una muy fresca acidez, resultando sabroso y brillante en boca. Gustó este vino.

    El Glarima blanco, de Bodegas Sommos, es una mezcla de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Gewürztraminer. Una mezcla de los que se diría: a ver quien gana. Y en mi opinión, ninguna, quizás algo más a la gewurtzaminer. Con crianza en barrica de tres meses, pero no me convenció: me esperaba más de él, ya que lo había visto ya en bares de Córdoba.



Las tapas acompañantes, como decía Raúl, no eran para maridar o combinar mejor con los vinos, sin embargo estaban bien elaboradas. El personal de sala, exquisito en el trato y en el servicio, hacieron que la comida acompañante fuera una delicia.





Y nos metimos en la cata de los tintos.

   El primero fue un vino joven de la variedad Parraleta, y así era su nombre. Se trata de una variedad autóctona de Somontano que la Bodega Ballábriga ha recuperado. Parece que una sus complicaciones es la dureza de la madera por lo que la poda es penosa.
   Pero el vino es muy suave, aromas a violetas, fruta roja. Me recordaba a la Monastrell: suavidad en nariz y en boca, con algo de tanino. Quien quiera comprobarlo, el precio de la botella es alto: las exclusividades hay que pagarlas.








   Esta preciosa botella grabada es de 12 Lunas, de la bodega El Grillo y la Luna. Es una mezcla de Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Garnacha y Syrah, siendo la primera más del 50%. Se nota los aromas propios de esa variedad.
   Es un vino con 9 meses en barrica y que estaba bastante bien. Y al parecer es económico, menos de 10 euros.
   Aromas frescos e intensos, a frutas, ciruelas, moras. Y en la boca es suave, sedoso, con los taninos muy bien integrados. 
   En la web se cita que ha sido elaborado bajo los consejos de Michael Rolland, uno de los enólogos más reputados.
El tinto Obergo 2011 Merlot 100% a muchos nos pareció el mejor vino de la noche.
Es un crianza con 18 meses de barrica, pero la fruta salía por todos lados.
Un color potente. Aromas a fruta y vegetal muy bien integrados. En boca una acidez de primera, sabroso, y con los taninos y especies al final, todo muy bien integrado. 
Y el vino perduraba bien en boca y en la copa.
Este vino se acerca ya mucho a los 20 euros.



El Cabernet-Cabernet 2010 de Enate fue el último vino catado. Esta es la bodega más conocida de Somontano por la calidad de sus vinos, y por la originalidad de su presentación.
Recuerdo que hace unos años, ya se decía que los vinos de Enate estaban mejor que otros muchos de zonas más conocidas y a mejor precio.
Este Cabernet Sauvignon 100% (el nombre repetido hace referencia a que en Aragón cuando se repite una palabra es que se trata de resaltar su calidad y autenticidad) era un vino bien hecho: fruta roja, vegetal (sin trazas de pimiento verde). Rico. En boca ya quedaba más neutro que el vino anterior, menos potente. Pero un señor vino.

Y el último fue el Secastilla, 100% garnacha, de Viñas del Vero. Un tinto que se elabora en una bodega aparte y de fincas muy seleccionadas. Según Isabel, una buena catadora, el vino mostraba aromas tabaco, vainilla y notas licorosas de la fruta muy madura.






Para terminar muestro algunas fotos que demuestran la calidad y altura de la cata que tuvimos de la mano de Manuel, trayendo y presentando vinos de DO Somontano.

Tras unas palabras últimas a cargo del Presi, Ángel, nos fuimos rápido ya que se hizo tarde y la noche era bien fría.