martes, 3 de mayo de 2016

Taberna El Rincón del Gallo

 En la  calle Diario de Córdoba, la calle que continua desde Capitulares, se acumula ya un núcleo de bares y restaurantes aprovechando que es una zona céntrica y de paso a la Ribera, a Plaza de la Corredera y a las Tendillas. Y como tal zona de paso, también lo es de vehículos.
En el caso que nos ocupa hoy, la Taberna El Rincón del Gallo, está al lado de una parada de autobuses y por tanto, el ruido es alto.

Hay que decir que acudimos a esta taberna pensando que era una nueva apertura de la taberna del Picoteo del Gallo, tanto es así, que el subtítulo de esta es Taberna de Picoteo. Pero la dueña nos dijo que se trataba de un local sin relación con los otros.

El interior se encontraba decorado para las fiestas de las Cruces de Mayo, si bien no había personal dentro, a pesar del ruido de la calle. ¿Razón? La música de sevillanas estaba muy alta dentro de la taberna, tanto que afuera era también molesta la música, al menos para nosotros. Le dijimos al amable camarero que bajara la música; él nos contestó que era un reclamo para los turistas. Le contestamos que a los turistas la música alta no les atrae, y a un tono más bajo quizás; es posible que el ruido musical ambiente atraiga a los jóvenes. En nuestro caso y supongo que la mayoría, acudimos a los bares y tabernas por su servicio y calidad y no por la bulla, al menos en Córdoba.

Todo esto viene a cuento de que algunas cruces de mayo se han convertido en una barra o caseta. Tanto es así que decidimos después ir a visitar alguna cruz por la zona der San Agustín. Los jóvenes se guían por el ruido ambiente, y vaticinan que allí donde había música alta habría marcha. Llegamos a la cruz del Pocito, una preciosa cruz, con su barra y muy animada, pero sin música. Es decir, que la música alta es un reclamo para algunos, afortunadamente.

Siguiendo con lo que nos ocupa: la visita  a la Taberna del Rincón del Gallo.
El vino fino que tenían era el de Doblas, como siempre fresco y cambiante. A mi no me disgustó, a los compañeros les pareció más acetónico de la cuenta. Pero se dejaba beber. En cada consumición, traían un aperitivo, lo cual es de resaltar y agradecer.


Para redondear la tertulia pedimos la ración de ensaladilla, en este caso de marisco. Un buen plato, y como se ve en la nota, a buen precio. Tenían un buen surtido de platos y medias raciones.

En resumen, un buen local para estar por una de las zonas de paso más animadas de esta ciudad, y con su gracia y cuidado de la decoración; pero que en nuestro caso, el ruido de la música distorsionó algo la visita.















2 comentarios:

  1. La verdad el vino fino no me gustó nada. He tomado el Doblas en otras tabernas y estaba mucho mejor. La ensaladilla no la recomiendo, con un sabor poco claro.

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  2. Por otra parte dentro tiene demasiada decoración taurina. A los que sentimos empatía por los animales, este tipo de decoración a base de toros sangrando nos sienta bastante mal.

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