domingo, 18 de diciembre de 2016

La Mar de Bueno

Recientemente ha abierto un nuevo local en la calle Eduardo Lucena llamado La Mar de Bueno. En su cartel a la entrada no pone si es marisquería, o taberna o restaurante. Es algo de todo eso. 

Antiguamente en el mismo sitio sí había una marisquería, con redes colgadas en las paredes. Después ha sido una tienda de muebles y desde hace dos meses es un negocio donde nada más entrar uno se encuentra con un mostrador propio de una pescadería. 
Se trata de escoger el pescado o marisco deseado, pesarlo y que te lo preparen bien a la plancha o al vapor (si el género lo permite), o bien frito. 

No es nada nuevo, ya que en la calle Abrazamozas había hasta hace poco uno parecido, creo que de uno de Cádiz porque servía especialidades gaditanas.
En el local cerrado, al final había un exceso de olores o vapores fritos y de pescado poco agradables. En La Mar de Bueno, al ser de reciente apertura y que es un local mucho más ventilado, apenas se nota el olor del pescado. Pero siempre está o puede estar ahí.

Los precios del pescado en el mostrador son ajustados al precio que ser paga una ración que contenga el género solicitado. Así 200 g de berberechos costaban 9 euros, al igual que la sepia a la plancha. Un precio normal, aunque la frescura del género es más patente o visible que en otros locales.
Los berberechos estaban excelentes, muy sabrosos, fresquísimos.
La sepia, bien. Pero ese es otro tema.

Soy asiduo a comprar en el mercado de Ciudad Jardín y veo el género que entra en las pescaderías. 
Nunca se me ocurre comprar la sepia limpia porque no sabe a nada: excesivamente lavada. 
Sin embargo cuando llega la sepia completa, me tiro a comprarla sin dudar, ya sea pequeña o grande, y soy capaz de limpiarla sin problema. Esa sepia sí sabe a gloria, es tierna y dura a la vez. Pero como ahora la gente no se quiere complicar la vida con el lavado del pescado...!

La ensaladilla de marisco a 8 euros, bien hecha pero no demasiado abundante.

El fino es de Ana María de Bodegas Víbora (Lucena), un fino siempre tenido como uno de los mejores vinos de la DO, pero éste en particular era un vino servido de bag-in-box y era muy chiquito, el solera Los Donceles: con poca crianza, ligero, muy transparente como se puede apreciar en la foto.

En La Mar de Bueno nos encontramos al mediodía los tertulianos tabernícolas y echamos un buen rato. Hablando de trabajo, de viajes de hijos, de las próximas reuniones, de todo y casi nada.
El servicio de La Mar de Bueno es excelente, agradable, un personal de sala atento. Nos obsequiaron con una buena tapa de arroz con calamares. Los viernes hacen arroz, el próximo será arroz negro.


Como me gustó mucho el local volví con mi mujer tras el Concierto de Navidad de la Orquesta de Córdoba el mismo viernes: con el coro Cajasur cantando piezas escogidas de ópera, y el coro Zyryab cantando piezas de zarzuela. Muy divertido y mejor cantado e interpretado.
En La Mar de Bueno cenamos los berberechos y la sepia. Y nos regalaron dos copas para tomarlas en Golden Club. Al poco de llegar, comenzaron el espectáculo de los Tabernícolas, un grupo cordobés que hace versiones marchosas de temas conocidos. En resumen, muy buen comienzo de fin de semana.
El precio de tres raciones, 7 medios de vino, y 7 cervezas salió por 42 euros. Ajustado precio, tapas de arroz e invitación a Golden incluidas.

Le deseamos la mejor de las venturas a La Mar de Bueno y que sigan con su buena cocina y buen rollo.








martes, 6 de diciembre de 2016

Taberna Agua de Mayo


El autor de esta crónica es Raquel M., que se prodiga poco en las crónicas tabernarias. 


De nuevo visitamos la zona de la calle Claudio Marcelo, muy activa en la inauguración y cierre de bares. En este caso nos paramos a echar una tapa, unos vinos y una visita a Taberna Agua de Mayo.

Esta taberna que ha cambiado el decorado interior, ha sustituido a la ya desaparecida Mantequería del Pensamiento. Según nos cuentan es de la misma empresa que lleva Bendita Locura en la plaza del Cister. 

El local está bastante costeado, baldosa hidraúlica en el suelo, interior bien decorado y unos servicios de categoría, no obstante preferimos sentarnos en los veladores un poco estrechos de la calle García Lovera pues la música estaba muy alta dentro. Lástima, porque el sitio es bonito por dentro, con una pared de naturaleza verde, hecha con muy buen gusto.

Como siempre en medio de la tertulia de amigos pedimos unos vinos de Montilla Moriles, tenían los finos Tertulia sin filtrar y también El Caballo Cordobés. 
El Tertulia estaba poco sabroso, ligero y parecía inferior al Caballo, éste mucho más hecho en crianza. Según nos comentaron era de packing box y rellenaban botellas.


El test de la ensaladilla comenzó, un plato algo escaso, media ración  por 4,80 euros con la patata más bien cruda. De manera que puntuamos bastante baja nuestra amada ensaladilla. 

Pedimos también una ración de puntas de solomillo que estaban bien hechas, en su punto, un plato abundante y cuyo precio fue de 12 euros. 

En general nos pareció que los precios de la carta eran algo elevados, prácticamente a nivel de restaurante. Aunque teniendo en cuenta el éxito que han tenido en Bendita Locura, quizás la repitan en este nuevo local.

Este día tuvimos visita, una antigua amiga de la taberna Rafaelito Guzmán que en estos momentos anda por Estepona, emigrada como tanto ciudadano de Córdoba. En total la cuenta para prácticamente tres personas fue de 30 euros, habiendo sido en conjunto más bien escaso. Cerca tienes el aparcamiento de bicicletas de delante del Circulo de la Amistad.











































domingo, 4 de diciembre de 2016

Finca del Marquesado crianza 2013

Gracias a Joaquin Parra me llegó una botella de Finca del Marquesado 2013, bodega riojana  de la conocida bodega Valdemar que a su vez pertenece a la familia Martínez Bujanda. 
Se trata de un nuevo proyecto, con viñedo nuevo en un terreno que a priori es idóneo, con mucho canto rodado y con viñedo antiguo de 30 años, y otro más moderno en espaldera. Según la documentación adjunta tardaron dos años en poder acondicionar el terreno para iniciar la plantación. La bodega se sitúa físicamente en la parte alta del mismo viñedo, y concretamente en Oyón (Alava).

El vino viene muy bien presentado. El precio es de alrededor 5 euros: por ese coste al vino sólo se le pide que esté bien hecho y sin defectos. En esa franja hay una gran competencia ya que la mayoría de los clientes ocasionales que buscan un rioja seleccionan entre una muy conocida gama de botellas y marcas.

En el caso que nos ocupa la botella es tipo borgoñona, muy sencillo y elegante el diseño, limpio y con una etiqueta moderna.

El tapón es sintético 100% reciclaje al ser de un biopolímero elaborado con fibras vegetales (cane, que puede ser mimbre, bambú, según el diccionario Collins). Buen detalle al no tratarse de un tapón sintético.

Como en otras ocasiones, aprovechamos para juntarnos a cenar y poder tomar el vino acompañando a lo que buenamente podamos cenar, porque lo normal es que nos presentemos con más viandas de las necesarias. Pero para eso, siempre hay solución.

El vino tiene un intenso color cereza con ribetes púpuras, dan idea de que no es el típico rioja con un color más evolucionado, aunque tampoco mantiene color de juventud. 

Porque ha estado 14 meses de crianza en barrica de roble americano, que sin embargo los aromas de barrica apenas si sobresalen teniendo toda esa crianza. No se comenta en la ficha sobre la edad de las

barricas, pero deben de ser usadas. Eso no es ningún problema para bodegas riojanas que manejan la estancia del vino en madera usada con maestría, como es el caso de López de Haro.
Sólo el color del vino indica que podrían ser usadas.
Porque el vino presenta aromas a fruta roja, más bien moderados, y apenas salen los aromas especiados. En boca es sabroso, con una sensación ácida marcada, muy refrescante. Algo astringente, pero en su justa medida.
 
Conforme se deja airear el vino se va realzando, siendo más cálido, mucho más aromático. Por lo que si se decanta, el vino ganará mucho de forma rápida.

Un buen, honrado y bien hecho vino, a un buen precio. Lo cual no es poco.

El tinto riojano lo acompañamos con embutido, una pierna de cordero fileteada y hecha a la plancha, y como es tradicional en  estas fechas por estas tierras con cata de aceitunas caseras.

Aunque la estrella de la cena fueron las patatas fritas de Cristo de los Faroles en la calle Alfaros de Córdoba. Una delicia, al alcance  de quien no pueda resistir comprarlas






viernes, 2 de diciembre de 2016

Taberna El Abuelo, en el centro, de compras en el Viernes Negro

¡Cómo estamos con las costumbres foráneas! O más bien ¡cómo nos están metiendo las costumbres de fuera! 
En los USA está justificado el Black Friday porque es el día siguiente al jueves día de acción de gracias y tras juntarse la familia, el viernes a la calle a buscar los regalos.

Pues en ese día nos juntamos los de siempre a hablar de las cosas que hacen la vida de cada uno y de esta ciudad. ¿Dónde? 
En la Taberna El Abuelo, en el centro, en un callejón de Cuz Conde. 
Antes estaba una concurrida Taberna Sociedad de Plateros, muy ruidosa, con gente mayor y gente joven, sobre todo estudiantes, porque era un sitio económico y que en nuestros tiempos la marcha estaba por San Miguel y Reyes Católicos.

Actualmente la Taberna El Abuelo apenas ha cambiado de decoración, y es atendida rápida y eficientemente por los dos hijos del antiguo titular.
 A la hora del aperitivo había aún poco personal, se supone de gente del centro. Y es que esta taberna parecía como una isla en el bullicio de otros restaurantes o bares.

Tienen una variada carta con varias especialidades y el vino de la Sociedad de Plateros, los clásicos Peseta y Platino
El primero mucho más fresco, muy agradable en boca, de fácil trago.
Pedimos, y a falta de ensaladilla rusa, pavo escabechado (lo sirven rebozado y frito) y asadura (una especialidad de la casa).
Lástima que a Q. la asadura no puede soportarla. Estaba muy bien hecha, y era sólo hígado. Antiguamente también iba con la asadura, la que llamaban blanda, y que casi ningún niño le gustaba. Todos íbamos buscando la asadura, dura.

Los comentarios eran sobre la actualidad candente de esta ciudad: el aparcamiento de Reina Sofía. Una cuestión clara y difícil a la vez, ya que gracias a él se puede construir un edificio nuevo, pero difícil y la atención sanitaria no es una broma, porque allí no se va de compras.
 Hablando de compras, terminamos y con mi familia (tras comer el menú en el Restauramnte Olmo, recomendable, y lleno hasta la bola), nos sumergimos en la vorágine. Y es verdad, conseguimos buenas ofertas aprovechando que era Viernes Negro y Lluvioso.